"Yo tengo esperanza y gran confianza en la Justicia europea y en la de los países europeos y voy a respetar sus decisiones (...) porque tengo una gran confianza en la separación de poderes y en las garantías de un trato justo que yo no puedo obtener en España", ha afirmado Puigdemont en declaraciones a los medios de comunicación en Ginebra.
El expresidente catalán ha explicado que no se encuentra en la clandestinidad en Bélgica, país a donde se fugó en octubre con cuatro consejeros de su gobierno destituido, sino "a disposición de las autoridades".
España acusa a los cinco fugados de los presuntos delitos de rebelión, sedición, malversación, prevaricación y desobediencia. Sin embargo, el Tribunal Supremo retiró en diciembre la orden de detención y entrega europea contra Carles Puigdemont y sus exconsejeros a la espera de la presentación del auto procesamiento.
Consultado específicamente si está listo para ir a prisión, ha respondido afirmativamente: "Sí, desde el momento que yo estoy a disposición de la Justicia belga y que hay la posibilidad de que puedan extraditarme".
No obstante, Puigdemont ha advertido de que si finalmente acaba en prisión, sería "un grave error que empeorará aún más la situación".
Ha explicado que decidió irse de Barcelona "para mantener el conflicto en la forma que los catalanes quieren, en un conflicto político, a pesar de los esfuerzos del Estado de usar la violencia".
Y ha insistido en que pase lo que pase los soberanistas no usarán la violencia porque es la "manera catalana" de resolver los conflictos. Ha confirmado, además, que no tiene ninguna intención de pedir asilo político en Suiza, como se había especulado, y que pretende retornar a Bélgica el próximo miércoles cuando concluya su agenda en la Confederación Helvética.