El expresidente catalán Carles Puigdemont ha hecho un "llamamiento" a "no escalar un conflicto sobre los lazos amarillos" y ha instado a "hacer frente con serenidad y sin caer en provocaciones" ante quienes "han diseñado y alentado una escalada de confrontación".

En un vídeo publicado en su cuenta personal de Twitter, el líder de Junts per Catalunya (JxCat) ha salido así al paso de la polémica sobre los lazos amarillos en espacios públicos.

"Hago un llamamiento a no escalar un conflicto sobre los lazos amarillos, porque todas las expresiones tienen cabida en las calles de Cataluña, pero nunca hemos de hacer ninguna concesión a la violencia y la censura", ha aseverado.

Albert Rivera e Inés Arrimadas retiran lazos amarillos.

Para el expresidente de la Generalitat, "el espacio público puede y ha de acoger todas las expresiones democráticas, que han de ser respetadas".

Puigdemont ha pedido que "a todos los que han diseñado y alentado una escalada de confrontación" se les "haga frente con serenidad y sin caer para nada en sus provocaciones, que sólo alimentan actitudes radicales que dificultan el necesario diálogo entre las partes".

"Las discrepancias que tenemos con el Estado español no estarán nunca, por parte de la mayoría política que da apoyo al Govern, por encima de la voluntad de favorecer la convivencia pacífica de nuestro país", ha dicho Puigdemont, que ha insistido en que esa voluntad ha de ser "compatible con la libertad de expresión o la discrepancia política".

Un miembro de las 'patrullas antilazos'

El dirigente ha recalcado que la Generalitat y el Gobierno "se han emplazado al diálogo y ese es el deseo mayoritario", por lo que el ejecutivo catalán "no abdicará de sus competencias, pero como siempre quiere que la racionalidad democrática y la cooperación sean el camino para resolver los problemas".

Y ha propuesto "dialogar en el ámbito que sea más oportuno": "Hagámoslo desde ya. Todos los que tenemos responsabilidad debemos implicarnos sin ambigüedades ni vacilaciones en la condena de todo acto de violencia que persiga coartar la libertad de expresión de los otros".

Porque, ha sentenciado, "sería una grave irresponsabilidad alentar una confrontación social con la finalidad de interferir en el clima necesario que ha de acompañar todo momento de dialogo".