El presidente de la Generalitat, Carles Pugdemont, ha ofrecido hoy por carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, un margen de "dos meses" para dialogar y le ha propuesto concretar "lo antes posible" una reunión para explorar acuerdos, sin aclarar si ha declarado la independencia de Cataluña.

A las 10.00 horas expiraba el plazo marcado por el Gobierno del Estado para que Puigdemont respondiera a su requerimiento sobre si el pasado 10 de octubre declaró o no la independencia de Cataluña en su comparecencia en el Parlament, pero el presidente de la Generalitat, en su misiva, no lo concreta y adjunta las referencias documentales de su intervención, así como de la ley del referéndum y los resultados del 1-O, entre otros enlaces.

Puigdemont, en cambio, remarca que en todo caso los efectos del "mandato político surgido de las urnas el 1 de octubre" están "suspendidos" porque su "voluntad" es "encontrar la solución y no el enfrentamiento". "Nuestra intención es recorrer el camino de forma acordada tanto en el tiempo como en las formas. Nuestra propuesta de diálogo es sincera y honesta.

Por todo ello, durante los próximos dos meses, nuestro principal objetivo es emplazarle a dialogar y que todas aquellas instituciones y personalidades internacionales, españolas y catalanas que han expresado su voluntad de abrir un camino de negociación tengan la oportunidad de explotarlo", señala dirigéndose a Rajoy.

El portavoz de CSQP en el Parlament, Joan Coscubiela

De esta manera, agrega Puigdemont, "comprobaremos el compromiso, de cada una de las partes, en hallar una solución acordada". En su misiva, de dos folios más otros dos con una veintena de referencias documentales, Puigdemont le traslada dos peticiones. La primera es que "revierta la represión contra el pueblo y el gobierno de Cataluña" y recuerda que están citados a declarar "como imputados" ante la Audiencia Nacional el presidente de la ANC, Jordi Sánchez, el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, y el mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero.

Puigdemont también menciona la "intervención y congelación de cuentas bancarias" de la Generalitat, la "censura de internet y de medios de comunicación", la "violación del secreto postal", las "detenciones de servidores públicos" y la "brutal violencia policial ejercida contra población civil pacífica el día 1 de octubre", que fue suspendida por el Tribunal Constitucional.

"Nuestra propuesta de diálogo es sincera, pese a todo lo ocurrido, pero lógicamente es incompatible con el actual clima de creciente represión y amenaza", subraya. La segunda petición que dirige a Rajoy es concretar "lo antes posible" una reunión que les permita "explorar los primeros acuerdos", para no dejar que "se deteriore más la situación": "Con buena voluntad, reconociendo el problema y mirándolo de cara, estoy seguro de que podemos encontrar el camino de la solución", concluye.

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido

Puigdemont reconoce que le "sorprendió" que en su requerimiento Rajoy anunciara su predisposición a aplicar el artículo 155 de la Constitución "para suspender el autogobierno de Cataluña", después de que un día antes el presidente catalán, "atendiendo a la petición de numerosas personalidades e instituciones internacionales, españolas y catalanas", planteara una "oferta sincera de diálogo".

Una oferta que, según recalca, no fue una muestra de "debilidad" sino una "propuesta honesta para encontrar una solución a la relación entre el Estado español y Cataluña". Puigdemont señala que el 1-O "más de dos millones de catalanes encomendaron al Parlament el mandato democrático de declarar la independencia" y recuerda que a ello hay que sumar el 47,7% de electores que votaron a "fuerzas independentistas" en las elecciones catalanas de 2015, mientras que "las fuerzas explícitamente contrarias a ella obtuvieron un 39,1%" de los sufragios.

"Aceptar la realidad es el camino para resolver los problemas", remarca Puigdemont, antes de añadir: "La prioridad de mi gobierno es buscar con toda la intensidad la vía del diálogo. Queremos hablar, como lo hacen las democracias consolidadas, sobre el problema que le plantea la mayoría del pueblo catalán que quiere emprender su camino como país independiente en el marco europeo".