A las 3:00 de la madrugada de este domingo, 25 de octubre, los relojes se retrasarán una hora y volverán a ser las 2:00 (de las 2:00 a las 1:00 horas en Canarias). En España se cambia la hora desde hace más de 100 años, pero solo desde hace poco más de veinte (1994) dicho cambio se efectúa el último domingo de octubre.
Se ha debatido mucho sobre las razones del cambio de hora y si es realmente efectivo o no. Al final, expertos y dirigentes de toda la Unión Europea se han decantado por eliminarlo; de este modo, podríamos estar ante el último en más de un siglo.
La medida que decreta el fin del cambio de hora fue aprobada por la mayoría de socios de la UE —410 votos a favor, 192 en contra y 51 abstenciones—, y nace de una encuesta en la que el 80% de los europeos se mostraba a favor de la eliminación. Además, la mayoría prefería la instauración permanente del horario de verano.
No obstante, cada país será libre de decidir a qué horario se acoge. Los estados miembros que decidan quedarse con el horario de verano cambiarán por última vez el reloj en marzo de 2021, mientras que los que elijan el horario de invierno tendrían que volver a cambiar la hora en octubre de 2021.
¿Por qué se hace el cambio de hora?
El cambio de hora está regulado en Europa desde el año 2001, y está relacionado con un mejor aprovechamiento de las horas de luz natural y el ahorro de energía. En su origen, cuando se aprobó por primera vez en el año 1918, el propósito era hacer frente a "la escasez de carbón provocada por la primera guerra mundial", como indica el Instituto Geográfico Nacional.
Con el paso de los años se contempló esta estrategia como una buena forma de armonizar el horario con el de los países vecinos y, al mismo tiempo, reducir el consumo. Precisamente, este último punto creó todo un mantra: el cambio de hora, por necesidad, reduce el gasto de luz.
Si atendemos a datos del año 2012 del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación propiciado por esta propuesta solo en España supone el 5%. Básicamente, se estarían ahorrando unos 300 millones de euros.
Ahora bien, si observamos la información más reciente, de 2019, el mantenimiento del cambio de hora pierde sentido: “No existen datos actualizados para demostrar un ahorro", afirmaba el año pasado la organización a la agencia EFE.
No existen informes recientes sobre el ahorro de energía del cambio de hora, mientras que las nuevas exigencias de eficiencia energética han alterado los métodos para calcular el ahorro. Habrá que esperar al año 2021 para saber qué horario eligen los países miembros, pero una cosa está clara: parece que pronto dejaremos de cambiar el reloj.