Falta apenas un mes para que lleguen las vacaciones de Semana Santa y el Consejo Interterritorial de Salud tiene un pregunta sobre la mesa: ¿qué se va a poder hacer y qué no durante las fiestas?
Ante el contexto epidemiológico actual, que muestra cómo los datos de coronavirus siguen en descenso, el Ministerio de Sanidad ha insistido por activa y por pasiva en que "no hay que bajar la guardia". En esta línea, desde el Gobierno ya están trabajando en un documento que explicite exactamente cuáles son las normas a seguir durante finales de marzo. Y como ha expresado la titular de Sanidad, Carolina Darias, la base es clara: no puede ocurrir lo mismo que en las Navidades pasadas.
Ahora bien, ante la falta de un marco único para el conjunto del país, diversos líderes autonómicos han especulado con la posibilidad de abrir sus fronteras. Por ejemplo, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, señalaba este pasado viernes que, ante la "extraordinaria y elocuente" evolución de la pandemia en la región, podría levantar el confinamiento perimetral en menos de diez días.
También en Cantabria se contempla la posibilidad de relajar ciertas medidas de cara a las fiestas: "Hay que ser un poco optimistas y pensar que si llegan las vacunas podamos tener desconfinada Cantabria en Semana Santa", indicaba el presidente Revilla, poco antes de que su conejero de Salud, Miguel Rodríguez, confiara en que, tras ser preguntado en rueda de prensa sobre el tema, "haya vacunas" para abrir la región.
Otra posibilidad es la que ha propuesto el consejero de Sanidad de Andalucía, Jesús Aguirre, cuyo Gobierno ya ha habilitado un certificado de vacunación para que los ciudadanos puedan acreditar que han recibido la inyección contra el coronavirus.
"Ahora estamos pidiendo PCR y antígenos para ir a hoteles. Igual que eso, puede pedirse el certificado de vacunación. Puede ser un condicionante de cara a normalizar la llegada turistas y la movilidad entre CCAA para el turismo", afirmaba este miércoles en rueda de prensa el consejero que, con respecto a la Semana Santa, ha indicado que "todo se irá viendo". No obstante, Aguirre también ha querido remarcar otro punto: "Lo importante no es salvar la Semana Santa, sino salvar vidas".
En esta misma sintonía se han mostrado otras tantas regiones, como la Comunidad Valenciana, Asturias, Navarra o Galicia, entre otras, que se muestran más favorables a sacrificar la Semana Santa que a salvarla. Por ello, el líder valenciano, Ximo Puig, aseguraba que será un momento "muy complejo", en el que no deben permitir que se pierda lo que se ha logrado hasta ahora con las restricciones, mientras que Alberto Núñez Feijóo apunta que "no puede prometer" que Galicia esté "en la normalidad dentro de tres meses" porque, ha admitido, no lo cree: "La Semana Santa no será como nos gustaría", advertía este lunes.
Tendencia hacia la flexibilización de las medidas
Si bien la mayoría de regiones augura una Semana Santa en la que los desplazamientos intercomunitarios estarán prohibidos, el escenario que se producirá a finales de marzo estará condicionado por los datos de contagio de las próximas semanas. Y, con respecto a lo que ha ocurrido recientemente, diversos mandatarios siguen flexibilizando cada vez más restricciones.
A fecha de hoy, son pocas las comunidades que mantienen cerrada la hostelería, debido a que en los últimos días regiones como Castilla-La Mancha, el País Vasco, Navarra o Galicia han retomado la actividad de sus bares y restaurantes, ya sea en terrazas o en su totalidad.
También, como ha ocurrido en Madrid, Andalucía o Castilla y León, cada semana hay más municipios que salen del confinamiento perimetral, mientras que, en otros casos, también se amplía el número de personas que puede reunirse, como ha ocurrido en Murcia o la capital.
Las decisiones que tomará cada región de aquí a un mes siguen siendo una incógnita porque, como advertía Feijóo, la posibilidad de que haya más restricciones y una vuelta atrás en la desescalada también dependerá del comportamiento individual y de la evolución de los casos. No obstante, desde el Gobierno mantienen su máxima, como el propio presidente Sánchez afirmaba este miércoles en el Congreso —en referencia a la experiencia de Navidad—: "No se debió bajar la guardia entonces y, en consecuencia, no debemos hacerlo ahora", concluía.