Este 23 de febrero de 2022 se cumplen 41 años desde el golpe de Estado de 1981, un hecho que pudo haber cambiado la historia de España. Eran casi las 18:30 horas cuando un grupo de guardias civiles encabezados por el teniente coronel Antonio Tejero irrumpió la votación para la investidura del candidato a la presidencia del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo. Todo aquel que se encontraba en ese momento en el Palacio de las Cortes fue secuestrado durante 17 horas. Pero, ¿realmente conocemos lo sucedido?.
Por el trigésimo tercer aniversario del 23F, concretamente en 2014, Jordi Évole emitió junto al equipo de Salvados un falso documental que contaba la historia “real” del golpe, ‘Operación Palace’. Dicho filme hizo creer que todo fue un montaje organizado por el director de cine José Luis Garci. Los espectadores no supieron hasta el final del video que los hechos expuestos eran ficticios. En consecuencia, algunos se la creyeron hasta el último minuto y otros no dudaron en poner en duda lo que estaban presenciando.
Aún así, el objetivo de este ‘mockumentary’ no era contar lo que sucedió realmente, si no alertar de que después de 30 años los españoles siguen sin conocer la verdadera historia del 23F. ¿Por qué? Tal y como se expone al final del documental, “el Tribunal Supremo no autoriza la consulta del sumario del juicio hasta que hayan transcurrido 25 años desde la muerte de los procesados o 50 años desde el golpe”. Por esta razón, son muchas las teorías y suposiciones que se han construido acerca de este día y ‘Operación Palace’ “no será ni la última ni la más fantasiosa”.
La decisión de no poder acceder al sumario en 50 años, además de provocar la construcción de teorías falsas alrededor de este día, puede llevar a pensar que los españoles nunca conocerán lo que realmente sucedió el 23F en España. Al exdirector del CNI Alberto Saiz esta cifra le parece “excesiva” y afirma, en declaraciones a laSexta, que durante su etapa como director (2004-2009), le llegaron a decir que habían desaparecido papeles del 23 de febrero.
23 de febrero de 1981 en España
El 23 de febrero de 1981, la democracia española peligró a causa del intento de golpe de Estado provocado por algunos mandos militares de España. Y lo hizo durante la votación de la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo. A las 18:00, José Manuel García-Margallo, en ese momento miembro de la Unión de Centro Democrático, es el primer diputado en votar. 23 minutos después la votación dio un vuelco inesperado.
A las 18:23 horas es el turno del socialista Manuel Núñez Encabo. De fondo, se empiezan a escuchar "gritos, voces y disparos procedentes del exterior del Salón de Sesiones". Fue entonces cuando entraron en la cámara un grupo de guardias civiles bajo las órdenes del coronel Antonio Tejero. Así lo recoge el acta de ese día. Los nervios y tensiones que ya se respiraban en el hemiciclo aumentaron por momentos. Lo que no esperaban los allí presentes era que iban a permanecer secuestrados 17 horas.
Aproximadamente unas 200 personas acompañaban a Tejero, quien se acercó al presidente de la Cámara, Landelino Lavilla. Éste le pregunta el motivo del altercado. "Tejero le contestó: 'Quítate de ahí', acompañando estas palabras de un expresivo gesto de la mano con que empuña la pistola", según se recoge en las actas oficiales. El teniente coronel y sus acompañantes se dirigen a la cámara y entonan la famosa orden: "¡Quieto todo el mundo! ¡Al suelo!".
El vicepresidente primero del Gobierno, Manuel Gutiérrez Mellado, se negó y provocó que un grupo de guardias civiles forcejeara con él para reducirlo. Tejero se cuelga del cuello del Ministro de Defensa sin éxito alguno. Al mismo tiempo sonaron varios disparos en la sala, que hoy continúan en la bóveda del hemiciclo. Entonces uno de los asaltantes pidió calma: "¡Quietos! ¡Parad, Parad! ¡Vais a dar a alguien de los nuestros!".
La imagen en el Congreso de los diputados era la siguiente: diputados agachados en los bancos, Adolfo Suárez sentado en su escaño y Carrillo igual pero con cigarro en mano. Tras varios golpes, el vicepresidente acabó sentándose con la aparición de Suárez en la disputa. Acto seguido, los asaltantes piden a todos los presentes que enseñen sus manos. La realidad es que la mayoría de los guardias civiles no sabía que habían ido a hacer un golpe de estado. Así lo confesó Manuel Martínez, uno de los guardias civiles a laSexta. Pensaban que habían ido a detener un ataque terrorista.
Entre todo ese caos, el capitán de la Guardia Civil Jesús Muñecas es el primero capaz de pronunciar más de cuatro palabras seguidas en ese hemiciclo. "Buenas tardes. No va a ocurrir nada; pero vamos a esperar un momento a que venga la Autoridad Militar competente para disponer lo que tenga que ser y lo que él mismo diga a todos nosotros. O sea, estense tranquilos. No sé si esto será cuestión de un cuarto de hora, de 20 minutos o media hora; me imagino que no más tiempo, y la Autoridad que hay competente, militar por supuesto, será la que determine qué es lo que va a ocurrir. Por supuesto que no pasará nada. O sea, que estén ustedes tranquilos".
Valencia y RTVE también vivieron de cerca el fallido golpe de estado
A las 19:000 el capitán general de la III Región Militar, Jaime Milans del Bosch, asumió en Valencia todos los poderes civiles y militares. "Hasta que se reciban instrucciones del rey", señaló entonces. Media hora más tarde, Tejero comunica al Congreso de los Diputados la intervención en Valencia, una noticia que provoca cánticos en los asaltantes. Al mismo tiempo, los asaltantes dejan salir del Congreso a los civiles, funcionarios y periodistas, no sin antes destruir numerosas cámaras de RTVE y velar los carretes de los periodistas allí presentes.
A las 21 horas la capital del Turia comienza a sufrir los efectos del mando del capitán general: hasta 1.800 efectivos y 60 carros de combate circulan por las calles de Valencia, comprobando que se cumple el toque de queda. La ciudad está en estos momentos prácticamente desierta, y las imágenes de los tanques patrullando impactan a toda España, que no acaba de creer lo que está ocurriendo.
No tardan en verse a partir de las 21,00 horas los efectos del mando de Milans del Bosch en la Comunidad Valenciana. Hasta 1.800 efectivos y 60 carros de combate circulan por las calles de Valencia, comprobando que se cumple el toque de queda. La ciudad está en estos momentos prácticamente desierta, y las imágenes de los tanques patrullando se emiten por toda España. Es entonces cuando el Juan Carlos I toma un papel primordial en este desencuentro. A las 2:30 de la mañana Milans recibe un télex del monarca.
En él se puede leer: "Confirmando conversación telefónica que acabamos de tener, te hago saber con toda claridad lo siguiente: Afirmo mi rotunda decisión de mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente. Después de este mensaje ya no puedo volverme atrás". En este mensaje Juan Carlos I tambiéninsta de nuevo a Milans del Bosch a retirar las unidades movilizadas y a decirle a Tejero que termine el asalto en el Congreso. Y se muestra tajante: "Cualquier golpe de Estado no podrá escudarse con el Rey, es contra el Rey".
El guardia general se niega en un principio a retirar los efectivos pero a las 6:00 horas del 24 de febrero decide anular las medidas del estado de excepción que había impuesto en Valencia. El fallido golpe de estado atacó también la señal de RTVE: su sede fue tomada a la fuerza por decenas de militares. La emisión sobre el intento de golpe fue interrumpida por marchas militares en los transistores, en Radio Nacional y en televisión. La Cadena SER fue el único medio que pudo seguir en directo lo que ocurría en el Congreso de los diputados y que se puede escuchar en este enlace.
El papel de Suárez y Fraga en el 23F
Dentro del Congreso Adolfo Suárez se levantó para intentar tomar el mando de la situación. Sin embargo, Tejero le respondió claro y conciso: "Usted ya no es el presidente de nadie. Yo solo recibo órdenes de mi general. No me provoque". Acto seguido, los guardias civiles obligaron a salir a varios diputados. Entre ellos se encuentran Gutiérrez Mellado, Santiago Carrillo, Agustín Rodríguez Sahagún, Felipe González, Calvo-Sotelo y el propio Suárez. Fueron encerrados en una habitación del Congreso.
Las horas pasan en el Congreso de los Diputados y un despliegue policial acaba rodeando la zona. Dirigiendo esta barrera está el comandante Pedro Zancada. A continuación, suceden tres momentos importantes de este intento. Por un lado, el anuncio de la Junta de Jefes del Estado Mayor ha anunciado que "tomará las medidas necesarias para reprimir todo atentado a la Constitución y restablecer el orden que la misma determina".
De esta forma, Francisco Laína, director de seguridad del Estado en ese momento, se convierte durante 14 horas en jefe de la Comisión Permanente de secretarios de Estado y de subsecretarios, un gobierno de facto que asume las funciones del ejecutivo secuestrado en las Cortes. Por otro lado, Tejero regresa a la cámara para anunciar que "la II, III, IV y V Región Militar han dicho 'sí' a Milans del Bosch como presidente del Gobierno". El objetivo de Tejero era colocar a Milans del Bosch como presidente del Gobierno.
A pesar de la rendición en Valencia, Tejero se niega a dar por fracaso el intento golpista. Los diputados lo saben y comienzan a cansarse de la situación, tanto es así que Manuel Fraga, cerca de las nueve de la mañana, se levantó de su escaño para reprochar a Tejero su comportamiento. “'Yo ya no aguanto más... Disparen contra mí (abriéndose la chaqueta)'", palabras de Fraga que se pueden escuchar en el recopilatorio de la Cadena SER.
¿Cómo terminó el 23F?
A las 9 horas y 48 minutos la Agencia EFE publicaba que 11 guardias civiles que ocupaban el Congreso de los Diputados se habían entregado. A la misma hora se informaba de que la cámara estaba siendo desalojada por orden de Tejero con estas indicaciones: “Por orden y primero las mujeres”. Así lo confirma la emisión de la SER.
Sobre las 12.30 horas Tejero se entrega y abandona el Congreso junto a los guardias civiles implicados en el asalto.