El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha organizado una comparecencia institucional 24 horas después de que se protagonizasen los primeros actos violentos en las manifestaciones de Barcelona contra la sentencia del procés, que se han sucedido también en latercera noche de protestas.Barricadas, contenedores y coches en llamas, manifestantes lanzando objetos de metal y botellas a los Mossos d'Esquadra y cargas policiales.
"El movimiento independentista no es ni ha sido violento". Así arrancaba Torra su comparecencia. "Siempre hemos condenado la violencia. No se pueden permitir los incidentes que estamos viendo en nuestro país. Esto se ha de parar ahora mismo. No hay ninguna razón, ni justificación para quemar coches o cualquier otro acto vandálico".
Aunque sí ha continuado haciendo un llamamiento a las movilizaciones pacíficas: "Cuanto más masiva, mejor. Pero la protesta debe ser siempre pacífica y cívica. Es así como no perdemos la razón".
"No se pueden permitir lo que estamos viendo en nuestro país. Esto se ha de parar ya mismo".
Además, Torra ha atribuido la violencia a "grupos de infiltrados" dentro de las protestas: "No podemos permitir que grupos de infiltrados malmetan la imagen de un millón de catalanes que han salido siempre a la calle de manera firme, pero serena. No queremos provocaciones, no las toleraremos. No podemos aceptar que unos pocos que no nos representan rompan el camino que hemos seguido durante años de independentismo".
También ha puesto en valor las movilizaciones de las 'Marchas de la Libertad' que llegarán el viernes a Barcelona desde cinco puntos de Cataluña
"Es normal y es bueno que protestemos por una sentencia injustay absolutamente aberrante. Las marchas de la libertad que han comenzado hoy son un magnifico ejemplo", destacaba el presidente de la Generalitat.
"Nada ni nadie nos puede hacer perder la capacidad de avanzar, no lo permitiremos. El 1 de octubre derrotamos al Estado sin destrozar nada. El independentismo construye, no destruye, no va contra nadie, va a favor de todos", sentenciaba, para zanjar la intervención con cuatro palabras: "Serenidad, determinación, civismo y no violencia".