Catalá ha hecho estas consideraciones en el acto de presentación del candidato del PP a la Alcaldía de Toledo, Jesús Labrador, en el que también ha participado la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.
Un acto en el que ha admitido los "problemas" de corrupción que ha tenido su partido "en el pasado" y ha recalcado el "rechazo absoluto" del PP y del Gobierno a esos comportamientos. Unos hechos que han permitido demostrar que el sistema funciona en la persecución de esos delitos y que su partido ha luchado "con eficacia" y ha apartado a quienes han cometido delitos de ese tipo.
Asimismo, ha aseverado que el Ejecutivo tiene "el mayor compromiso ético y formal" en la lucha contra la corrupción y ha dado un impulso legislativo con la aprobación de normas sobre financiación de partidos, sobre transparencia y buen gobierno y un nuevo Código Penal que castiga ese tipo de delitos.
De la reforma del Código Penal también ha valorado la introducción de la prisión permanente revisable, una figura que, en su opinión, demuestra que el Gobierno está cerca de las personas y que no está dispuesto a que los responsables de delitos graves salgan a la calle antes de estar rehabilitados.
Catalá ha subrayado en su intervención que es "absolutamente incierto" que el Gobierno del que forma parte esté "lejano a la calle" y se centre sólo en la macroeconomía. Al respecto, ha argumentado que los esfuerzos realizados para conseguir la reactivación de la economía y la creación de empleo redunda en una mejora de las políticas sociales, a las que el Gobierno destina el 54 % del presupuesto.
Y ha preguntado si ocuparse de las personas es "dejar un país quebrado, con 5 millones de parados" o gastar 90.000 millones más de lo que se ingresaba, como hacía el Gobierno socialista, al que ha acusado de poner en riesgo el estado de bienestar.
Catalá ha advertido de que ante los próximos procesos electorales el PSOE pretende que la gente olvide qué hizo cuando gobernó, otros -en referencia a Podemos- se permiten "el lujo" de cuestionar la Constitución y otros -en alusión a Ciudadanos- "no sabemos lo que piensan, lo que quieren, ni quienes son".