El 3 de febrero finaliza el plazo para que el Congreso de los Diputados dé luz verde a la reforma laboral, que ya está en vigor pero que podría decaer si el acuerdo, pactado con sindicatos y patronal, no recibe el aval de la cámara baja.
En este sentido, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha insistido en que el pacto social ha de validarse. "Le decimos al Legislativo que convalide esta buena y necesaria reforma en el ámbito laboral. No contemplamos otra opción, que no es solo del Gobierno, también de sindicatos y empresarios", ha afirmado.
"A partir de ahí las negociaciones con los grupos están en marcha y no contemplamos otro escenario que la convalidación del acuerdo", ha subrayado Sánchez, que ha afirmado también que ha trasladado a Pablo Casado, el líder de la oposición, la necesidad de que facilite la aprobación.
Por su parte, la líder de Unidas Podemos en el Ejecutivo, Yolanda Díaz, se ha mostrado optimista y ha destacado que su aplicación "implica el aumento de todos los salarios".
La ministra ha sido contundente en su respuesta al portavoz de los republicanos, Gabriel Rufián, que la semana pasada aseguró en el Congreso que ellos no votaban "proyectos personales", en referencia al decreto laboral.
"Me da pena que cuando se habla de una norma tan importante las razones que se aduzcan sean razones de proyectos políticos. No estoy haciendo política, defiendo los derechos de los trabajadores", ha censurado, para continuar afirmando que "subir el SMI es mejorar la vida de la gente, no un proyecto político".
Por su parte, en el Congreso, Unidas Podemos no creen que el apoyo de Ciudadanos sea buena idea y advierten que eso puede consolidar políticas de la derecha.