Lo ha avisado en muchas ocasiones, y pretende cumplirlo. Si, como Carles Puigdemont -en el extranjero desde hace siete años- anunció, tiene previsto volver a Cataluña para la investidura, comienza una cuenta atrás de días para conocer la gran incógnita, qué pasará tras su vuelta. Y cómo la llevará a cabo para evitar su detención.

En su partido ya han dejado claro que el president del Parlament, también de Junts, no va a permitir que lo detengan en la cámara, como ha explicado Laura Borràs, presidenta de la formación: "Él ha sido muy claro y muy contundente diciendo que no permitirá esta detención". Antes de eso, Puigdemont tendrá que sortear a los Mossos d'Esquadra y evitar ser visto antes de entrar en el Parlament. Borrás ha metido a Illa en la ecuación al preguntar qué hará el candidato "si el president es detenido porque los jueces españoles no aplican una ley que ha aprobado su partido".

Y no ha sido a los socialistas a los únicos que ha retado Junts. En una carta, Puigdemont atribuyó la culpa a ERC si finalmente es detenido, un comentario que ha suscitado fuertes críticas de los republicanos, que han pedido una disculpa. En su misiva, el expresident -sobre quien pesa una orden de detención nacional, tras no aplicársele la amnistía por el delito de malversación- dio por hecho que será arrestado cuando regrese a España. Esa situación podría dilatar la investidura de Salvador Illa, pues Junts ya ha dicho que podrá suspenderse el pleno si este es detenido.

En el caso de su detención, lo más probable es que declare ante un juez de guardia en Barcelona y que este lo envíe a Madrid, tal y como ha explicado Ignacio González Vega en Al Rojo Vivo: "Probablemente el juez instructor, el señor Llarena, desee tomarle personalmente declaración al señor Puigdemont. En ese caso debería prolongarse la detención".

La situación es inédita en España y solo hay un precedente parecido al de Puigdemont, el de Clara Ponsatí, que fue detenida tras anunciar su llegada. La detuvieron, prestó declaración y cinco horas después estaba de vuelta en la calle. En su caso, Ponsatí anunció su vuelta y localización, mientras que Junts mantiene en secreto el modus operandi previsto para el expresident de la Generalitat.