Reino Unido podría tener que retrasar la desescalada prevista para el próximo 22 de junio. La expansión de la variante india ha elevado la preocupación de las autoridades británicas, que ven cómo esta mutación, de riesgo por su alta transmisibilidad, es ya la predominante.

Concretamente, la variante india está presente en un 75% de los nuevos casos, según los datos difundidos esta semana por el Ministerio de Salud del Reino Unido. En este sentido, de acuerdo con el microbiólogo Ravi Gupta, uno de los asesores del Gobierno británico, la isla está "al borde" de una nueva ola de casos.

Así, en declaraciones a Radio 4 de la BBC, Gupta subraya que, aunque el número total de nuevas infecciones es relativamente bajo, debido en parte al programa de vacunación, los casos positivos están creciendo "de manera exponencial" y "al menos tres cuartos de ellos son de la nueva variante".

Ahora bien, la incidencia acumulada actual es baja, rozando el límite de riesgo mínimo marcado por la autoridades sanitarias (según los últimos datos, la tasa está en 43 casos por cada 100.000 habitantes). Además, el 74,5% de la población ya ha recibido la primera dosis de la vacuna, y casi el 50% está completamente inmunizada.

Unos datos que ejemplifican la buena evolución de la enfermedad en el Reino Unido en los últimos meses, pero que con la expansión de las cepas ahora están bajo lupa. De hecho, los contagios se han duplicado en cuestión de días.

Según los datos previos al fin de semana, el servicio de Sanidad Pública de Inglaterra notificó que con la variante india los contagios subieron a 6.959 desde la semana anterior, lo que supone un incremento de 3.535 en siete días.

Por ello, el asesor se muestra favorable a replantear todo el plan de desescalada de Johnson —plan por el que terminarían algunas de las medidas más simbólicas, como el uso de la mascarilla o el respeto de la distancia social—. "Si miramos los costes y beneficios de lo que ocurriría si nos equivocamos, creo que se decanta claramente a favor de optar por un retraso", ha concluido Gupta, recalcando que todavía hay margen para rectificar.

Asimismo, ante estos datos y con ánimo de tener cautela, países como Alemania o Francia han prohibido los viajes no esenciales con sus vecinos. En el primer caso, el Gobierno de Angela Merkel ha optado por clasificar al RU como "zona de preocupación variante". En el segundo caso, el Ejecutivo galo pide desde este lunes a los pasajeros que proporcionen "razones de peso" antes de cruzar las fronteras. Y va más allá: aquellos que sí pueden realizar el viaje deben presentar una prueba de coronavirus negativa antes de la salida y permanecer en cuarentena durante siete días a la llegada.

Una nueva variante detectada

A estos problemas con las cepas que está experimentando el Reino Unido, se le suma uno nuevo: el pasado jueves las autoridades registraron una nueva variante con origen en Tailandia.

De acuerdo con medios nacionales, como el Daily Mirror, esta variante se detectó por primera vez en Tailandia a raíz de una persona que había viajado desde Egipto, y dio positivo mientras estaba en cuarentena. Sin embargo, a día de hoy no hay evidencias de que esta mutación, denominada C.36.3, cause una enfermedad más grave o haga que las vacunas existentes sean menos efectivas, apuntan las autoridades.

Según los últimos datos, ya hay más de 100 casos de este tipo de cepa, cuya clasificación es todavía de interés ante la falta de información. Y, a falta de más datos, las autoridades también están alerta de otra cepa más: la denominada vietnamita, una mezcla de la variante británica y de la variante india, que ha contagiado a casi 3.600 personas en el país asiático y que ya ha sido asociada a una mayor transmisibilidad.