Las residencias de la región se encuentran actualmente en una situación de nivel tres (el máximo), un escenario en el que afrontan una "elevada" probabilidad de que una persona del exterior introduzca el coronavirusy el que implica la puesta en marcha de las medidas más restrictivas en cuanto a visitas e ingresos.
Este nivel viene definido tanto por la incidencia acumulada en la región en los últimos siete días -superior a 80 casos por 100.000 habitantes- como por el grado de inmunidad de cada centro frente al virus.
En estos momentos se sitúan en este escenario dado que el último informe epidemiológico de vigilancia de la Comunidad, con fecha 18 de agosto, refleja que la incidencia acumulada es mayor de 80 por 100.000 habitantes.
Así se explica en el protocolo de adaptación a las medidas generales de salidas y visitas en centros residenciales de mayores que la Comunidad de Madrid ha enviado este miércoles a todos los centros. El documento detalla y actualiza las medidas acordadas el pasado día 14 por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, publicadas hoy en el Boletín Oficial de la Comunidad.
Medidas a aplicar según el grado de inmunidad
Aparte de la incidencia acumulada, el nivel tres desglosa las medidas a aplicar en función del grado de inmunidad de la residencia: alta cuando más del 70 % de los usuarios tiene anticuerpos frente al virus; media, entre el 50 y el 70 %, y baja, menos del 50 % con IgG.
En el primer caso, se permiten las salidas de los usuarios de los centros con limitaciones: serán de corta duración (inferior a una hora y no más de dos salidas al día) y en los alrededores del centro; no se autorizan las salidas de fin de semana ni a pasar el día; y las visitas serán dos a la semana de una hora de duración.
Cuando sean residencias con un nivel de inmunidad medio se prohibirán las salidas y las visitas también serán dos a la semana de una hora, mientras que en los centros con una inmunidad baja no habrá salidas y solo podrá tener lugar una visita a la semana de una hora de duración.
El nivel 1 viene determinado por una incidencia acumulada en los últimos 7 días inferior a 50 casos/100.000 habitantes -situación en la que se considera que la probabilidad de que una persona que viene de fuera sea portadora del virus es baja-, y el nivel 2 se define por una tasa de entre 50 y 80 casos/100.000 habitantes -riesgo moderado de que alguien del exterior introduzca el COVID-19-.
A partir de ahora y con carácter general, los servicios de prevención laboral de cada centro deberán hacer obligatoriamente una prueba diagnóstica a los trabajadores que regresen de permisos y vacaciones, así como a los nuevos trabajadores que se incorporen.
También será necesaria en el caso de los nuevos ingresos con 72 horas de antelación. No será obligatorio pero sí recomendable hacer de forma periódica las PCR a los trabajadores que estén en contacto directo con residentes.