Cuando la Guardia Civil entró en casa de Juan Antonio Roca se encontró de todo, literalmente: hipopótamos, elefantes, jirafas y un tesoro para los enamorados del arte.
Cuadros que coleccionaba el cerebro del 'caso Malaya' para blanquear dinero, como por ejemplo uno de Francisco Bores. Es una de las 236 obras que se subastan en Madrid y que demuestran el gusto refinado que tenía Roca por el arte.
Su artista preferido: Ismael González de la Serna, lo demuestra un políptico de dos metros, precio de salida 24.000 euros. Otros como el retrato imaginario de Antonio Saura quizá muestren el existencialismo pesimista de Roca.
Claro seguidor de la tauromaquia lo refleja la cerámica de Picasso que también tenía en sus vitrinas. O, para completar el lote, un toque de surrealismo con Salvador Dalí.
Y,¿ qué falta? El ya famoso Miró en el cuarto de baño. Ahora mismo se está analizando para asegurar la veracidad de la obra, que se pondrá a la venta en octubre.
Todo el dinero recaudado hará frente a las responsabilidades civiles y penales del que podríamos decir, tenía un gusto romántico, moderno y exquisito del arte.