El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha asegurado que el plan de vacunación contra el coronavirus empezará en enero de 2021 y no será de carácter obligatorio para toda la población. De hecho, ha declarado que "los expertos recomiendan que no sea obligatoria" ya que, según ha declarado Illa, "podría ser contraproducente".
En una entrevista en 'Rac1', el ministro de Sanidad ha defendido que ya existe un alto nivel de concienciación por parte de la ciudadanía que permitirá que la vacuna tenga buena acogida por parte de la población, algo que "ya será suficiente".
Además, tal y como ha asegurado Illa, el plan de vacunación dará comienzo a principios de 2021 y la intención es "tener a la mayoría de la población inmunizada" entre los meses de mayo y julio del mismo año.
Ante esta situación, ha sostenido que el sistema sanitario "está preparado y en condiciones" para garantizar el acceso de la vacuna, y ha destacado que actualmente hay 13.000 puntos de vacunación en el territorio español y que en anteriores ocasiones se ha podido vacunar de la gripe a más de 14 millones de personas en nueve semanas.
Asimismo, el ministro ha afirmado que se está impulsado una estrategia de vacunación a nivel europeo que permitirá que se distribuyan en todos los países de manera equitativa y siguiendo los mismos tempos: "Es un ejercicio de coordinación notable".
El ministro también ha destacado la efectividad de las vacunas Pfizer, BioNTech y Moderna: "Son las dos que presentan una tecnología innovadora que han dado resultados que han sorprendido a los expertos".
Apoya la desescalada en Cataluña, aunque pide "prudencia"
En lo referente a la desescalada en Cataluña a partir del lunes 23 de noviembre, Salvador Illa ha defendido que el levantamiento de restricciones de manera progresiva es prudente, aunque ha pedido responsabilidad ciudadana: "Debemos ir con mucha prudencia para evitar tomar medidas que nadie querría".
En este sentido, ha llamado a la ciudadanía a mantener "la guardia alta" y a seguir cumpliendo las medidas sanitarias para frenar los contagios de Covid-19 y para evitar una relajación que suponga un repunte de casos.