El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, considera que no ha llegado el momento de abrir el debate de su sucesión al frente del PSOE y asegura que cuando se produzca serán los militantes de su partido los que decidirán. "No ha llegado ese momento", afirma en una entrevista que publica este domingo 'El País'. "Más allá de lo que se diga o lo que se especule, el hecho cierto es que el partido socialista es el partido de su militancia. Y cuando llegue ese debate, quien decidirá no seré yo. Serán los propios militantes quienes decidan quién va a ser la persona que continúe la trayectoria que previamente Felipe, José Luis y yo mismo hemos liderado en el partido socialista", sostiene.
Relata que durante los cinco días que se tomó para reflexionar sobre su futuro, pensaba "en una situación difícil desde el punto de vista personal y político, sobre mí, sobre qué hacer" y se muestra convencido de que el proyecto político de su partido trasciende a una persona y a las personas.
"Yo creo que la situación que se está viviendo, los ataques, las injurias y las difamaciones que se están vertiendo sobre mí desde hace 10 años son de tal envergadura, yo soy para la derecha el enemigo público número uno de todos los males que tiene España... Eso genera una corriente de empatía y de solidaridad que trasciende las siglas del partido socialista. Pero eso es algo que yo no he buscado", explica, y añade que por ese motivo la leyenda de Pedro Sánchez la han construido sus adversarios.
El dirigente socialista señala que "de 10 años a esta parte como líder del partido socialista, y estos últimos seis años como presidente del Gobierno de España, he sufrido, no por mí, sino por lo que yo represento, un acoso sistemático para intentar deshumanizarme". "Lo denuncié", añade, "en la campaña del 23 de julio. Evidentemente, no cumplió sus expectativas electorales esta máquina del fango. Y lo que sucedió posteriormente se resume bien en esa frase del señor Aznar cuando dijo aquello de 'quien pueda hacer, que haga'. Hubo una gota que colmó el vaso, que fue precisamente la apertura de diligencias por un bulo a mi esposa, a mi mujer. Y eso me hizo tener que parar, reflexionar y tomar una decisión sobre qué dirección tomar".
Insiste que fue un momento "muy difícil" para él, "probablemente de los momentos más difíciles de mi vida política", sostiene. Al igual que en días anteriores, indica que cuando su esposa, Begoña Gómez, leyó la carta le dijo que no dimitiera. Sánchez vuelve a declarar que, "en realidad, esta máquina del fango tiene un origen, y es el no reconocimiento de la legitimidad del Gobierno de coalición progresista. No lo hicieron cuando prosperó la moción de censura, ni en la victoria electoral del año 2019 y tampoco en la victoria electoral del año 2023 y la reedición del Gobierno de coalición progresista".
Y agrega que ha sucedido antes con otros presidentes, "pero no con esta envergadura. No existían las herramientas que hoy sí se tienen de inteligencia artificial, de redes sociales, de tabloides digitales, que ponen en marcha bulos que luego escalan al debate político, porque tanto el Partido Popular como Vox se hacen eco de ellos, y luego inundan las tertulias de los medios de comunicación y acaban siendo judicializados por estas pseudoentidades ultraderechistas, se llamen Manos Limpias, Hazte Oír o cualquiera que sea su nombre".
Sobre su esposa señala que, "antes incluso, cuando era yo líder de la oposición y trabajaba en una empresa, estos pseudomedios digitales se apostaban en la puerta donde ella trabajaba y la perseguían hasta el restaurante donde comía. Llamaban a sus trabajadores. Ahora también en los posgrados que ella está dirigiendo, llaman a los estudiantes, a los profesores, llaman también a las empresas que están patrocinando la cátedra, para ver de qué manera pueden ir asfixiando, reduciendo el entorno".