El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha puesto fin este jueves a su gira africana en la que ha visitado Mauritana, Gambia y Senegal. Allí ha vuelto a defender la "migración regular" como un fenómeno "necesario y conveniente" tanto para los países de origen como de destino.

Ante las críticas suscitadas desde que empezó su primer viaje oficial del verano, el socialista ha subrayado que hace referencia a "la migración ordenada" porque "la irregular es un infierno que lleva a situación extremas de explotación, desigualdad y riesgo de muerte".

En esa línea, Sánchez ha hecho un llamamiento a "promover la migración regular y luchar contra la irregular". Para ello, se ha comprometido a trabajar en "tres ámbitos". Por un lado, el económico en el que ha asegurado se va a continuar "creando oportunidades de desarrollo", y por otro, en el referente a la seguridad para luchar "contra las mafias". Asimismo, ha mostrado su compromiso en la oferta de "alternativas" como es la migración circular.

Sobre ello, el líder del Ejecutivo sostiene que "la contratación en origen y migración ordenada nos conviene a todos" debido a su efecto de "vacuna contra quienes hacen de la migración irregular un negocio" y "frente a quienes la usan para extender el odio y la xenofobia".

Palabras muy similares a las que pronunció este miércoles su ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel Albares, respecto a las críticas de los populares por las declaraciones de Sánchez en defensa de la migración. Unas declaraciones del diplomático que completó la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, y ante las que los populares han exigido disculpas, ya que en ellas se cuestionaba la bajeza moral de su líder, Alberto Núñez Feijóo.

En definitiva, Sánchez finaliza su gira africana tal y como la empezó: defendiendo una migración regular, reconociendo "el gran esfuerzo que hacen estos países amigos para frenar el drama de miles de personas" y con la oposición, desde España, criticando su falta de acción.