Junts per Catalunya ya ha movido ficha. El secretario general del partido, Jordi Turull, ha anunciado este jueves, en una acción casi inesperada, que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont mantendrá una reunión "como debe ser" con el líder del Ejecutivo, Pedro Sánchez. Una reunión que, tal y como ha precisado el político independentista, tendrá lugar en el extranjero y no contará con la presencia del mediador. "Nos hemos emplazado a encontrar la fecha y el lugar para que se vean. Lo importante es que se encuentren y hablen, en un encuentro como debe ser, sin fotografías ni logos de partido", ha asegurado Turull en declaraciones a La 2 y Ràdio 4.
"Lo que hacemos no va de fotografías, sino de resolver un conflicto político. [Sánchez y Puigdemont] se encontrarán y celebrarán una reunión como es debido, que dure el tiempo necesario, para hablar de la negociación", ha concretado el secretario general de Junts, quien ha informado de que aún no está claro cuándo ni dónde se verán las caras ambos líderes: "Nos hemos emplazado a encontrar la fecha y el lugar para que se vean". En realidad, ni siquiera está claro que esa reunión vaya a tener lugar, atendiendo a la reacción de la otra parte. Pocos minutos después del anuncio de Turull, desde Moncloa no han confirmado dicha información.
Esto es, se han limitado a decir que ahora mismo no hay nada en la agenda relativo a esa reunión entre Sánchez y Puigdemont. Esas fuentes, con las que ha contactado laSexta en busca de tener más detalles sobre este encuentro, han precisado a este respecto: "Lo que pase en el futuro se verá, pero ahora mismo no hay nada en agenda a corto plazo". Ante las dudas suscitadas por lo que daba a conocer una parte y no confirmaba la otra, el propio Pedro Sánchez ha llegado a manifestarse sobre esta cuestión, destacando que la única reunión con líderes catalanes registrada en su agenda es la que mantendrá próximamente con el president de la Generalitat, Pere Aragonès.
"Mi agenda es pública, absolutamente transparente. Lo que tengo es una reunión con el president de la Generalitat el día 21 como consecuencia de la visita que vamos a hacer por la inauguración del supercomputador en Barcelona", ha declarado Sánchez ante los medios de comunicación. Poco antes, hacía lo mismo la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, quien se limitaba a expresar que no le consta "que esté agendada esta cuestión". Esto ha llevado al propio Turull a asegurar poco después que el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, estaba al corriente de que anunciaría la reunión.
A falta de conocer más detalles de ese supuesto encuentro, Turull se ha limitado a indicar sobre el contenido del mismo que ahora mismo buscan "normalizar unas relaciones entre los dos presidentes que, desde el 2017, fruto de la represión, no existe". Se dará así, según ha subrayado, "un encuentro entre dos liderazgos". Eso sí, no ha dejado pasar la oportunidad de lanzar una advertencia: "Puigdemont lo dijo muy claro: si quieren nuestros votos y los buscan, estas son las condiciones".
"Si no hay avances y nos toman el pelo, se acabará la legislatura", ha reiterado Turull, en la misma línea que ha ido manifestando Junts desde que se diera a conocer el acuerdo de los independentistas catalanes con los socialistas. Aun con la advertencia, parece que las conversaciones tienen visos de prosperar, algo que celebra la otra parte del Gobierno de coalición. "La normalidad nos sorprende por el hecho de que las personas hablen en política. Lo que era incomprensible era que no se contestaran al teléfono o no hablaran entre ellos", ha indicado Aina Vidal, diputada de Sumar, quien cree que esto "ahora ha cambiado".
"Es un ejercicio de anomalía democrática"
Mientras tanto, desde la derecha no han tardado en condenar esa reunión al tener conocimiento de la misma. "Es un ejercicio de anomalía democrática y la degeneración en la que Sánchez lleva a nuestro país", ha denunciado Cuca Gamarra, secretaria general del PP. "Hablamos de una reunión del presidente del Gobierno de España con un prófugo de la justicia. Será en el extranjero porque la persona con la que se reúne, si pone un pie en España, será detenido", ha subrayado Gamarra, que ha insistido en su dura crítica al líder del Ejecutivo: "A Sánchez no le importa actuar como un buen gobernante, está dispuesto a humillarse todavía más y escuchar cómo le da ordenes un prófugo que ha convertido al presidente en una marioneta que maneja a su antojo".
Pedro Sánchez es un presidente secuestrado, maniatado"
Para la dirigente popular, ser presidente del Gobierno implica "cumplir la ley y hacerla cumplir", y esta línea ha considerado que cuando "te reúnes con un prófugo, te alejas del juramento que haces para ser presidente". Así, ha afeado a Sánchez que "una cosa es ser presidente y otra cosa es ocupar la Moncloa", y ha concluido: "Imagino que esa reunión será para que le dé Sánchez a Puigdemont la fecha en la que ya estará en vigor la ley para volver a España y no rendir cuentas". En una línea igual o más agresiva ha opinado sobre esta cuestión Miguel Tellado, portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados.
"Pedro Sánchez es un presidente secuestrado, maniatado. Una vez al mes tiene que ir a sellar la cartilla por parte de los independentistas para que le permitan seguir estando en el Palacio de la Moncloa", ha denunciado Tellado, quien ha insistido en calificar a Sánchez como "un político con muy pocos escrúpulos" que no duda en "acceder en todo lo que le exijan". Y se ha preguntado: "Como ya ha engañado con el tema de las lenguas en Europa, a saber cuál es la siguiente petición [que le hacen los independentistas".
Este miércoles, Sánchez y Puigdemont coincidieron en Estrasburgo en el pleno de la Eurocámara para hacer balance de la presidencia española de la Unión Europea, aunque no mantuvieron ningún encuentro como tal por cuestiones de agenda, ha explicado el dirigente de Junts. Según ha dicho Turull, se trata "de normalizar una relación y una negociación entre dos presidentes que, desde 2017, fruto de la represión, no ha sido posible".