El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunirá este miércoles en Barcelona con el president catalán en funciones, Pere Aragonès, en un momento clave para desencallar las negociaciones entre el PSC y ERC para la investidura de Salvador Illa, a punto de expirar el plazo impuesto por los republicanos, que quieren un preacuerdo antes de que acabe el mes.

Así lo ha avanzado este martes 'La Vanguardia' y han confirmado posteriormente desde el Govern y Moncloa. La reunión institucional será a las 12:00 horas en el Palau de la Generalitat y después ambos presidirán la firma del convenio de traspaso de la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV) junto a la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, y el conseller de Drets Socials, Carles Campuzano.

La negociación, en un punto decisivo

Aunque en Moncloa tratan de desvincular esta reunión de Sánchez y Aragonès de las negociaciones de investidura en Cataluña, lo cierto es que este encuentro, el primero entre ambos tras las elecciones del 12M, se produce en un punto decisivo de las conversaciones entre socialistas y republicanos, que precisamente este lunes avisaban de que "sin un paso adelante clave y decisivo hacia la soberanía fiscal no habrá ningún acuerdo de investidura posible".

No obstante, socialistas y republicanos daban también un paso adelante que allana el terreno a un eventual pacto: la consellera de Economía, Natàlia Mas, y la titular de Territorio, Ester Capella, anunciaron que el Estado abonará 1.520 millones en los próximos tres años a la Generalitat, 1.058 de ellos vinculados con Rodalies y 450 para I+D, partidas que responden al pacto PSOE-ERC de noviembre de 2023 para la investidura de Sánchez.

La semana pasada, la formación independentista ya señaló que "si a finales del mes de julio" no observaban "esos fundamentos clave que tienen que permitir que el país avance, progrese, socialmente y nacionalmente", se levantarían "de la mesa de negociación". Un plazo que expira la próxima semana, mientras paralelamente corre también la cuenta atrás antes de que Cataluña se vea abocada a nuevas elecciones, con el 26 de agosto como fecha límite para investir a un nuevo president.