Soraya Sáenz de Santamaría ha cerrado su campaña electoral como candidata a la Presidencia del PP convencida de que el sábado resultará ganadora de este proceso y no sólo liderará el partido sino que acabará también siendo presidenta del Gobierno.

Sáenz de Santamaría se ha mostrado segura de sus opciones porque, según ha dicho, es una persona realista y ese realismo le lleva al optimismo. No ha querido comentar la comida en la que su rival, Pablo Casado, se ha reunido con varios exministros del Gobierno de Rajoy y ha dicho que piensa acabar la campaña como la empezó y como la ha vivido todas estas semanas, "en positivo".

Ha considerado que si los compromisarios tienen las cosas claras y siguen los "principios e ideales" del partido votará la candidatura "de las bases", la que prefirieron los afiliados en la primera vuelta.

Sáenz de Santamaría comiendo pizza junto a su equipo en Génova

Por su parte, Pablo Casado se ha mostrado optimista con ganar el sábado porque considera que ha conseguido "reilusionar" al partido y ha pedido el apoyo de los compromisarios para un proyecto que "no les va a defraudar" y que integrará a la candidatura perdedora.

Casado ha puesto en valor que su candidatura ha sido la única que ha defendido la "legitimidad" de los compromisarios en esta segunda vuelta. Y ha pedido que todo el mundo vote "en libertad" el sábado y que haya participación porque su proyecto es el que va a "transformar España".

Imagen de los exministros del PP en la comida a favor de Pablo Casado

Con la asistencia de unas doscientas personas, Casado ha exclamado "¡Vamos a ganar!" ya al inicio de su discurso, en el que ha presentado su proyecto como "la renovación tranquila, respetuosa con lo que se ha hecho".