El exconseller de Empresa Santi Vila ha asegurado este miércoles que siempre procuró "ser fiel al espíritu y la letra" de la Constitución de 1978, "tanto en privado como en público", y ha expresado su "plena confianza" en el Tribunal Supremo, tras rechazar la "leyenda negra" de que España no es una democracia plena.
Vila ha hecho uso de su derecho a la última palabra ante el Tribunal Supremo, al que ha recordado que no dimitió antes de la DUI porque pensara que sus compañeros en el Govern iban a cometer una ilegalidad sino porque se percató de que el expresidente catalán Carles Puigdemont "no podía o no quería" convocar elecciones "ajustadas a derecho".
Tras recalcar que no comparte la idea de que España no es "homologable" a las democracias de su entorno, Vila ha recordado que el juicio del "procés" lleva a una "encrucijada" en la que España puede encontrarse con "la peor" de sus tradiciones o, por el contrario, entroncar con "la democracia liberal que arranca de las Cortes de Cádiz".
Para concluir, ha recordado unas palabras de Gil de Biedma: "Quiero creer que nuestro mal gobierno es un vulgar negocio de los hombres y no una metafísica".