Los niños llevan más de un mes sin poder salir de sus casas, una situación que preocupa al Comité de Derechos del Niño por las consecuencias que tiene en los más pequeños. Clara Martínez, directora de Cátedra de Derechos del Niño de Comillas afirma que "puede tener un grave impacto desde el punto de vista físico, emocional y psicológico".
Por este motivo, el Ministerio de Sanidad ya estudia que, llegado el momento, podría comenzar el desconfinamiento, pero siempre con la mayor cautela posible. En este sentido, Salvador Illa aseguró: "Estamos siguiendo día a día la evolución de la epidemia para que en cuanto sea posible y de forma ordenada los niños y niñas puedan salir a la calle".
Y cómo hacerlo es lo que quedará definido en el protocolo que Sanidad elabora estos días junto a la Sociedad Española de Pediatría. María José Mellado, presidenta de la Asociación Española de Pediatría indicó en Al Rojo Vivo que si el niño "es 'pequeñito' posiblemente saldrá en su silla; si es mediano podrá andar con su padre o madre de la mano un paseo pequeño sin poder relacionarse ni ir a jugar con otros niños o adultos; los adolescentes también tendrán que salir inicialmente con un adulto, por lo que va a ser salir a la calle para despejarse, tomar el sol un poco y estirar las piernas".
Estas medidas contribuirían a evitar las desigualdades y los derechos que pueden verse vulnerados durante este encierro. En este sentido, Clara Martínez destaca "el derecho a la Educación, sobre todo, de los niños que no pueden seguir convenientemente la docencia online; otro es el derecho a no ser objeto de ningún tipo de violencia; y otro el derecho a un nivel de vida digno que garantice su supervivencia y su desarrollo con una alimentación adecuada, por ejemplo".
Galicia, Cataluña o Euskadi ya se han mostrado a favor de la salida a la calle de los más pequeños. Para Idelfonso Hernández, portavoz de SEPAS y catedrático de la UMH, "si se hace bien, no tiene por qué suponer un aumento grande de la transmisión".
Estas medidas ya se han puesto en marcha en algunos países de nuestro entorno, donde los menores han podido volver a salir de forma organizada y bajo estrictas normas de seguridad.