Las pruebas para acceder a la Universidad se generalizan ya en toda España, pues si bien alguna comunidad aprovechó el final de junio para hacerlas, es esta semana cuando la mayoría llama a sus alumnos para realizar unos exámenes retrasados por el coronavirus y presididos por medidas especiales.
Esta semana comienza la EBAU/EVAU en doce comunidades: Andalucía, Aragón, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña, Galicia, Madrid, Murcia, Comunidad Valenciana, País Vasco y La Rioja. Mientras que los estudiantes de Asturias, Canarias, Castilla y León, Extremadura y Navarra ya las han realizado.
Más sedes y espacios en las universidades para hacer las pruebas, a los que se suman en algunos sitios institutos, separación de 1,5 metros entre las mesas donde se examinan los alumnos y tener a disposición geles son algunas de las medidas de higiene y seguridad que tienen que cumplirse.
Los alumnos, examinadores y personal de seguridad deben llegar al examen con mascarilla y no pueden intercambiarse ningún material como bolígrafos.
En algunas facultades como las de la Universidad Complutense de Madrid, los estudiantes han llegado directamente a los edificios asignados y en su aula se han sentado en los asientos marcados con una pegatina, donde han dispuesto también una pulsera de un color que servirá para identificar los baños y espacios comunes establecidos para ellos.
Nervios, mal humor y miedo a quedarse en blanco
También en muchas ciudades han facilitado refuerzos del transporte y controles de afluencia para que las personas lleguen con más tranquilidad.
Estas pruebas siempre provocan nervios entre los estudiantes (el pasado curso se presentaron al examen ordinario cerca de 220.000 personas), pero aún más este curso ante los cambios por la COVID-19, sostiene el profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo, Fernando Miralles.
Los síntomas más frecuentes a la hora de afrontar estas pruebas, según este experto, son: irritabilidad, susceptibilidad, mal humor, insomnio, algún malestar físico, aparición de pensamientos negativos, miedo al fracaso y a "quedarse en blanco".
Para solventar estas sensaciones, además del estudio con la técnica de lectura rápida, lectura comprensiva, subrayado, esquema/resumen, reglas nemotécnicas y memoria fotográfica, es importante realizar alguna técnica de relajación antes de acostarse y llevar una vida saludable.
El día del examen es esencial desayunar bien y acudir con tiempo, si puede ser, en transporte público. Para mantener las energías, es recomendable llevar agua y algo sólido por si la prueba o el tiempo de espera se alarga.
Evitar repasos de última hora y preguntar al examinador en caso de duda
El profesor Miralles señala que, una vez allí, se ha de evitar un último repaso en profundidad, puesto que esa información ya está almacenada en la memoria. "Conviene no comentar el temario con los compañeros, pues cabe la posibilidad que estén muy nerviosos y transmitir su intranquilidad", afirma.
Cuando llegue el momento de la verdad, durante la realización de la prueba, este profesor del CEU San Pablo incide en la importancia de leer primero todas las preguntas y, si hay alguna que no se entiende bien, consultar al examinador. Recomienda llevar un reloj y controlar el tiempo que le queda a la prueba.
Si es posible, "es bueno dejar algo de tiempo para repasar y, sobre todo, si no se está seguro de alguna palabra, cambiarla por un sinónimo para evitar las faltas de ortografía". Una vez concluido el examen, celebrar que se ha finalizado.
Los ministros de Educación y Universidades, Isabel Celaá y Manuel Castells, respectivamente, han reiterado en numerosas ocasiones que ningún alumno perderá el curso o se verá afectado por la covid-19.
La prueba incluirá todo el temario, pero cada estudiante podrá seleccionar un número de preguntas por bloque para garantizar al 100% que versará sobre contenidos que hayan trabajado.
Además, el modelo de prueba no se alejará de los formatos que las universidades han puesto a disposición del alumnado y el profesorado para el curso. No obstante, siguen las críticas desde algunos colectivos educativos y formaciones políticas como PP, Ciudadanos y Vox en cuanto a que las preguntas de la prueba son distintas en cada comunidad, por lo que piden una EBAU única para toda España.
Además, rechazan que se haya permitido que las comunidades puedan dejar aprobar segundo de Bachillerato con más suspensos que en otras ocasiones y ello haga que los alumnos vayan a estar mejor o peor formados.
También algunos expertos han apuntado sobre que puede haber diferencias, en este caso para bien, en la preparación de los alumnos que sí han podido acudir unos días a clase tras la crisis sanitaria para repasar el examen.
Y colectivos estudiantiles critican asimismo la variedad de precios entre comunidades en las tasas para poder presentarse a estas pruebas.