Lejos de dimitir o pedir perdón por su despreciable actitud de este martes en el Parlament de Baleares, el president de la cámara, Gabriel Le Senne, ha justificado el haber arrancado las fotos de republicanas asesinadas por el franquismo del ordenador de una vicepresidenta de la cámara, a quien expulsó del pleno junto a otra diputada socialista, aduciendo que eran imágenes "claramente partidistas".
El político de Vox se declara incluso víctima de una "campaña de acoso, insultos y amenazas", en un comunicado difundido este miércoles, en el que argumenta que su orden de retirar las imágenes a las diputadas socialistas Mercedes Garrido y Pilar Costa, vicepresidenta y secretaria segundas del Parlament, se basó en la obligada neutralidad de los miembros de la Mesa y llama a "evitar más exageraciones y relatos incompletos de lo que ocurrió".
Según su versión, ante la exhibición de fotos de víctimas del franquismo por parte de sus compañeras de la Mesa, había decidido inicialmente "dejar pasar la infracción", pero cambió de actitud porque "crecían las quejas por parte de numerosos diputados de distintos grupos por la falta de respeto". El lamentable episodio, por el que los partidos de la izquierda reclaman su dimisión, se produjo precisamente durante el debate de la derogación de la Ley de Memoria, propuesta por Vox y tomada en consideración con el apoyo del PP.
Respecto al hecho de romper la foto de Aurora Picornell, comunista mallorquina asesinada la noche de Reyes de 1937, asegura que cuando Garrido se negó inicialmente a abandonar la sala de plenos, "cerró él mismo el ordenador" de la vicepresidenta, y como ella volvió a abrirlo, intentó retirar el cartel rasgándolo, pero "en ningún caso fue su intención romperlo". "No obstante, el presidente admite que habría sido más apropiado ordenar a los servicios de la Cámara la ejecución de la decisión", reconoce el comunicado.
Además, sostiene que no cabe criticarle a él "sin antes censurar la actitud previa provocadora de la vicepresidente [la nota evita usar la forma en femenino del cargo] y secretaria segundas del Parlament".
Le Senne asimismo hace hincapié en que advirtió en privado a Garrido y Costa de que, a su juicio y el de "los letrados de la Cámara", estaban vulnerando el principio de neutralidad que están obligadas a cumplir. Afirma que las avisó de que si no atendían su petición las iba a expulsar y Garrido respondió: "Expúlsanos". Le Senne califica su actitud de "rebelde" y concluye: "Todo intento por menoscabar la neutralidad de nuestras instituciones es un ataque contra la democracia y el Estado de derecho".