Familiares de las víctimas del Yak-42 han conmemorado este sábado los 15 años de la tragedia aérea. Han asegurado estar "satisfechos" por el trabajo que han realizado durante estos años para conseguir justicia y por todo lo que han luchado. Este año, los familiares de los 62 militares fallecidos en la tragedia del Yak, el 26 de mayo de 2003, no han realizado un acto oficial, ya que la Asociación de Víctimas se disolvió al haber agotado todas las vías judiciales, pero sí que han seguido homenajeando a sus parientes en el monumento que los recuerda en el paseo de la Constitución de Zaragoza.
La efeméride ha coincidido con la celebración del Día de las Fuerzas Armadas en Logroño. El último presidente de la citada Asociación de Familias de Víctimas del Yak-42, Miguel Angel Sencianes, ha recordado que, aunque se ha disuelto la asociación, todavía no han aparecido los contratos del Yak, por lo que si la documentación viese la luz ellos continuarían trabajando y luchando por sus parientes. "Nuestro compromiso con nuestros familiares no ha desaparecido, aunque nuestra estructura de reuniones de trabajo no tenía más recorrido".
Ha agregado que esto se debe a que el juez Marlaska cerró el caso por sobreseimiento libre "cuando sólo tenía que determinar los indicios para abrir un juicio". "Nos robó --el juez-- la celebración de un juicio justo y, sin embargo, el Consejo de Estado determinó que hubo negligencia, algo que el Ministerio de Defensa tuvo que aceptar". Fue en enero de 2017 cuando el Ministerio reconoció su responsabilidad en el siniestro y asumió que la tragedia aérea podría haberse evitado. En este contexto, Sencianes ha afirmado que las familias están "muy satisfechas" con el trabajo que han realizado durante estos 15 años, ya que "poco a poco" han ido desgranando "la verdad" en los juzgados y "arrancando testimonios".
Ha lamentado que el Ministerio de Defensa no haya impulsado un memorial o un homenaje a las víctimas, pero ha asegurado que son ellos los que han perdido "la oportunidad" de resolver las "cuentas pendientes" que tienen "con sus soldados". "Si no han querido hacerles el homenaje y no han querido repararlo tampoco me importa, lo que me importa es que mi hermano llevaba razón cuando se quejó de los aviones, que no se tendrían que haber contratado y que fue una negligencia". Ha incidido en que los contratos todavía no han aparecido, pero que si aparecen los familiares continuarán luchando y buscando justicia.