Si hace apenas un mes contemplábamos con optimismo la posibilidad de unas Navidades más parecidas a las de 2019 que a las del año pasado, la variante ómicron ha provocado que ese oasis en el desierto haya resultado ser un espejismo.
Esta mutación del SARS-CoV-2, detectada primero en Sudáfrica pero que ya estaba en circulación por varios países de Europa, ha dado un vuelco a la situación epidemiológica de toda Europa. Austria confinó a toda su población por los niveles inusitadamente altos de contagios y este mismo sábadoPaíses Bajos decidió hacer lo mismo. En Portugal ya fueron previsores y advirtieron de pseudoconfinamientos en los días posteriores a los festejos navideños. Y en Reino Unido, la situación parece completamente fuera de control.
España, de ser el país que más tenía controlada la pandemia del continente, ha pasado rápidamente a ingresar en la zona roja. La incidencia acumulada a 14 días es de 511 casos de COVID-19 por cada 100.000 habitantes, unas cifras elevadas pero cuyo techo todavía parece lejano. Los contagios se han acelerado tras el puente de Diciembre, donde se multiplicaron encuentros sociales y viajes y, a horas de que tengan lugar las comidas de Nochebuena y Navidad, el Gobierno y las comunidades autónomas no tienen claro si imponer o no impopulares restricciones para doblar la curva.
"Vacunar, vacunar y vacunar"
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comparecido esta domingo para intentar trasladar un mensaje de confianza y remitir a una Conferencia de Presidentes -el cónclave que reúne a todos los líderes autonómicos, además del jefe del Ejecutivo central- el próximo miércoles 22 para, a apenas dos días de Nochebuena, contemplar la adopción de nuevas medidas.
Hasta entonces, el mensaje del Ejecutivo reside en confiar en el efecto de las vacunas de refuerzo que se están inoculando en las últimas semanas a las personas más vulnerables. "La vacunación es la mejor arma contra el virus", ha defendido Sánchez, valorando que el 90% de los españoles ya hayan recibido la pauta completa contra la infección.
La propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, mandaba un mensaje similar este sábado en laSexta Noche, asegurando que las terceras dosis de la vacuna están teniendo ya un efecto en los datos de contagios y hospitalización. "Si miramos la incidencia acumulada por tramos etarios, las que mayor incidencia tienen son los menores de once, seguidos de aquellos entre 29 y 49 años. Las que menos tienen son los mayores de 70 porque son los que han recibido la dosis de refuerzo", explicó.
Desde el Gobierno central insisten en que las inmunizaciones con terceras dosis y la campaña vacunal en los niños van a ser fundamentales para aliviar el efecto de la sexta ola de la pandemia en nuestro país. Una onda que, si bien está arrojando grandes datos de contagios por la enfermedad, aún no está traduciendo dichos datos en un aumento de los ingresos ni en un incremento de la ocupación en las unidades de críticos.
La atención primaria, sin embargo, sí se está empezando a ver sobrepasada por el aumento de los contagios. Muchos ciudadanos de la Comunidad de Madrid, por ejemplo, denuncian la imposibilidad de conseguir una cita para hacerse un test PCR. En muchos casos, se autodiagnostican con los test de antígenos a disposición en las farmacias, pero no pueden confirmar los positivos o negativos mediante la segunda prueba.
Refuerzo de la mascarilla y distancia
En este contexto, tanto el presidente del Gobierno como la ministra de Sanidad han insistido en la necesidad de reforzar las medidas de protección básicas: mascarillas, distancia de seguridad y ventilación. Darias ha sido muy crítica en las últimas horas con el mal uso que se está haciendo de los tapabocas: "Lo que está pasando y estamos viendo muchas imágenes a través de los medios de comunicación nos están llegando es que no se están cumpliendo todas las medidas. Apelo a la responsabilidad y a cumplir las normas: las mascarillas son obligatorias en el interior, que es donde hay más propagación por los aerosoles".
Por su parte, el principal partido de la oposición, el PP, reclama al Gobierno que acepte su "mano tendida" para aprobar su conocida "ley de pandemias", con el objetivo de marcar estándares de cara a todas las autonomías. De hecho, los populares han lamentado este domingo la falta de previsión del Ejecutivo a pocas horas de que tengan lugar los festejos navideños.
Presidentes autonómicos populares, como Fernando López Miras (Murcia), no descartan ya la adopción de nuevas medidas para controlar el impacto de la enfermedad. La variante ómicron ha modificado los planes de muchos responsables políticos, incluso los de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cuyo mensaje de "libertad" ha dado prioridad a la "salud" en las últimas horas. "Vienen semanas difíciles", apuntó el viernes la líder popular. Eso sí: ya ha avanzado que su Ejecutivo no contempla la adopción de restricciones adicionales.