El nuevo Gobierno mexicano de Claudia Sheinbaum ha insistido, apelando a su Constitución, en marcar distancias con su pasado español y ahonda en la crisis diplomática. "Para siempre, libre e independiente del Gobierno español", ha leído la presidenta mexicana en su jura de la Constitución. Entre desplantes a la monarquía, el rey Felipe VI ha lanzado un mensaje de "unidad" iberoamericana, reconociendo que en su relación de confianza también puede haber "discrepancias".
"Nuestra relación es tan honda que nos permite hablar con franqueza de nuestras posibles discrepancias", ha señalado en el encuentro de Academias de la Historia en el que participan 14 países. Asimismo, ha apelado a mantener las formas para que las discrepancias sean "siempre desde el respeto basado en la amistad".
Desde el Ejecutivo de Sheinbaum, insisten al jefe del Estado que pida perdón por las atrocidades de la Conquista. "Tiene que recapacitar", ha destacado en referencia a la carta que se envió al rey, aunque asegura que la relación bilateral es buena.
Por su parte, el máximo representante de la diplomacia Europea, Josep Borrell, ha exculpado a Felipe VI de toda responsabilidad a la hora de responder a esa misiva en la que desde México se exigían disculpas a la corona por la Conquista.
"Yo era ministro de Exteriores cuando llegó la famosa carta. Si hay algún responsable de que no se haya contestado, no es el rey de España. La política exterior la hace el Gobierno", ha afirmado Borrell. A pesar de los esfuerzos diplomáticos por rebajar la polémica, Sheinbaum insiste en la confrontación colonial como piedra angular de las relaciones con España.