La Sanidad pública pasa por una complicada situación en todo el país, siendo Madrid el centro de las protestas ante el nuevo plan de Urgencias extrahospitalarias del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Si nos fijamos en cada comunidad autónoma, vemos síntomas compartidos en el estado de salud del sistema sanitario.
En Galicia, por ejemplo, faltan médicos, lo que hace elevar unas listas de espera que llegan a superar las dos semanas. Las urgencias se colapsan y los sindicatos lo achacan a los recortes en gasto sanitario del gobierno autonómico.
Estos recortes también han afectado en Cataluña. Un hospital de Mataró ha tomado la decisión de dejar de hacer guardias en urgencias por las malas condiciones retributivas. En Navarra, el sindicato médico también amenaza con huelga en febrero ante la "ineptitud" del Gobierno. En Aragón, como en Galicia, sufren una sobrecarga en las agendas que se duplica con picos de 60 pacientes.
En Murcia, el servicio de pediatría atraviesa una situación tan crítica que, según María José Campillo (Sindicato Médico de la Región de Murcia CESM), llegan a ser atendidos "de 300 a 400 niños diarios", con los padres esperando "de ocho a diez horas con el bebé".
En Valencia, Comisiones Obreras denuncia que unos 65 pacientes han tenido que esperar un día entero para poder subir a planta. En Baleares, faltan 850 médicos en Atención Primaria y Hospitalaria.
En definitiva, mismos síntomas de una enfermedad que deja en estado crítico a la Sanidad pública española, que comparte palabras como precariedad, saturación o enfado, mucho enfado.