Mientras en el Parlament se celebraba el pleno de investidura que ha acabado convirtiendo a Salvador Illa en el nuevo president de la Generalitat de Cataluña, en el exterior de la Cámara la tensión se palpaba casi en cada esquina. A primera hora de la mañana reaparecía en Barcelona, no de forma inesperada, el expresident catalán, líder de Junts y el último gran símbolo del independentismo. Con paso rápido, Carles Puigdemont se movía por las calles de la Ciudad Condal acompañado de una pequeña comitiva.
Sobre él sigue pesando una orden de detención, pero parecía hacer caso omiso a la misma. Él... y los responsables de efectuar su arresto, a vista de lo acontecido posteriormente. Puigdemont lo había dicho varias veces: quería acudir al pleno de investidura. Todo el mundo contaba con que, tras sus palabras, intentaría llegar al Parlament. Eso es, al menos, lo que han intentado hacer creer, pero la realidad ha sido muy distinta. Tal y como ha aparecido, se ha esfumado delante de todos tras un breve pero intenso mitin.
Lo cierto a estas horas de la noche, con el paradero del expresident aún desconocido, esto es lo que ha sucedido: Puigdemont ha regresado a Barcelona a plena vista de todos para darse un fugaz baño de masas y ha vuelto a escabullirse de la policía a escasos metros de un Parlament blindado, en una huida que pone de nuevo en entredicho a los Mossos d'Esquadra, desde hace años en el punto de mira político. Porque sí, ni siquiera los agentes tienen claro qué ha podido ocurrir para que se les haya escapado... otra vez.
Puigdemont se ha metido en una especie de tienda de campaña y yo he esperado a que saliera"
En una intervención en la que ha dejado claro el motivo de su regreso a Cataluña ("estoy aquí para recordarles que seguimos, porque no tenemos derecho a renunciar", ha dicho), Puigdemont ha denunciado que "muchos pensaban festejar" que él fuera detenido, y que esas personas creían que con ello se "disuadirá" al independentismo de su causa: "En su error, arrastrarán la credibilidad de la democracia".
"En un país que tiene una ley de amnistía que no amnistía, tiene un problema de naturaleza democrática", ha advertido el expresident. Y poco más, porque tras este brevísimo discurso, organizado en el paseo Lluís Companys de Barcelona, su abogado le ha bajado del escenario y ha desaparecido. En presencia de todos. Las cámaras, incluidas las de laSexta, lo han buscado a izquierda y derecha del escenario en los primeros momentos, pero sin suerte. ¿Dónde se había metido?
Un fotógrafo ha sido testigo de todo detrás del escenario: "Se ha metido en una especie de tienda de campaña y yo he esperado a que saliera". Una vez ha entrado en esa tienda, ha salido por el otro lado y, de nuevo, se le ha perdido el rastro. Sí se le ha visto subir en un coche blanco. Todo estaba planeado, según la defensa de Puigdemont, que habla de "misión cumplida" y a partir de una "inmensa precisión para que no pasara nada imprevisto".
Los Mossos, en duda
Una vez ha escapado de la Justicia, toda Barcelona ha quedado sumida en un enorme dispositivo policial conocido como 'operación Jaula' con el que se ha blindado Cataluña en busca de Carles Puigdemont. Los controles se han mantenido en todo momento en los pasos fronterizos para evitar que saliera de España. En Cataluña, los controles se han mantenido hasta las 17:30 horas, provocando durante todo el día un colapso en la ciudad en términos de tráfico, lo que ha molestado, y muchos, a quienes se movían por carretera.
Ahora, con Puigdemont aún en busca y captura, la pregunta que se hacen todos en la ciudad es la misma: ¿cómo se ha podido esfumar Puigdemont delante de los muchos ojos policiales que estaban al acecho? Toni Castejón, portavoz del sindicato FEPOL Mossos, lo tiene claro: "Al final te toman el pelo por tonto. Se le ha dejado llegar, se le ha dejado subir, se le ha dejado bajar. Nadie había al lado, nadie lo seguía, nadie estaba... ¿Cómo se puede escapar?".
Desde los sindicatos del cuerpo exigen ahora explicaciones para que esta actuación no afecte al prestigio del cuerpo. "¿Por qué por la mañana, cuando se le puede detener, actúas como si fuese un vendedor ambulante? ¿Por qué luego, cuando se escapa, actúas como si fuera un terrorista?", ha continuado preguntándose Castejón. Según varios medios, la detención del expresident estaba pactada para después de su discurso.
Esto es, cuando fuese a acceder al Parque de la Ciudadela. Pero él, claramente, habría incumplido el pacto. En un comunicado, los propios Mossos reconocen que buscaban una detención "proporcional". Y que no se le detuvo al salir del escenario "para no generar desórdenes con el público". Pero también niegan cualquier acuerdo o conversación con Puigdemont. Esta explicación, no obstante, no disipa las dudas sobre el protocolo policial empleado para el caso.
"Nos han dejado por el suelo, como gente que no sabe hacer su trabajo. Y lo sabemos hacer perfectamente. Quizás no lo sabe hacer la gente que está en despachos", ha denunciado Albert Palacio, portavoz del Mosso Sindicato USPAC. Por su parte, fuentes del Ministerio de Interior aseguran que el operativo corría a cargo de los Mossos, y por ello también han pedido explicaciones. Pero desde la cúpula y la Consellería d'Interior, silencio absoluto en este día de caos.