La pérdida de poder adquisitivo centrará las protestas del Primero de Mayo en toda España. Unas 70 movilizaciones por todo el territorio que tendrán un nexo en común: la demanda de la subida de los salarios.
Y esa es la receta que el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, propone para este Día Internacional del Trabajador: subir salarios, bajar precios y repartir beneficios. Es algo, dice, "absolutamente necesario" porque la situación está arruinando sobre todo a las clases populares.
UGT y Comisiones Obreras han convocado estas movilizaciones para hacer frente a la inflación, aunque el ambiente en la calle todavía no se ha encendido como en otros puntos de Europa, y puede tener que ver, considera Álvarez, con que aquí los sindicatos han conseguido llegar a "acuerdos importantes" con el Gobierno y con la Patronal.
El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez,sacaba pecho de ello hace unos días, insistiendo en que es posible abordar una reforma laboral y una reforma de las pensiones con "paz social".
Pero los sindicatos ponen el foco en la CEOE y avisan que o hay un acuerdo para la subida de los salarios o "en las calles se van a ver movilizaciones como las del resto de Europa". Advierten de que irán a una huelga general.
Recientemente, Sánchez ha pedido públicamente a la patronal que se siente con los sindicatos en la mesa de negociación colectiva y acuerde una subida de salarios porque eso también será bueno para la economía al repercutir en que los españoles tengan mayor capacidad de consumo.
Esto es algo en lo que además la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha estado insistiendo en el último año. En declaraciones durante una entrevista en El Intermedio, Díaz declaró que "el Gobierno es progresista y sabe que el problema de España es la inflación" y que ésta "no está causada por los salarios".
"Los salarios han subido un 2,56%" mientras que la inflación ha subido al 10,4 %", recordó entonces la responsable de Trabajo, contradiciendo los argumentos que ofrece el presidente de la Patronal, Antonio Garamendi, para no querer subir los sueldos.
La vicepresidenta segunda del Gobierno se encuentra entre los miembros del Ejecutivo que, como el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, han confirmado su asistencia a la manifestación organizada por CCOO y UGT, bajo el lema 'Subir salarios, bajar precios, repartir beneficios'.
Una jornada 'caliente' en muchos puntos de Europa
El mayor ejemplo es Francia. Allí los sindicatos llegan al 1 de mayo en plena guerra con Emmanuel Macron por la reforma de las pensiones y con meses de protestas a sus espaldas. La inflación también incendia las calles y los sindicatos piden aumentos salariales equiparables a los precios.
A las protestas se unirá una huelga de controladores aéreos que amenaza la puntualidad de los vuelos en pleno puente. Y en Italia, será complicado viajar por tren debido a la huelga de 24 horas del sector ferroviario.
En Reino Unido, la subida de los precios también enfrenta al Gobierno con la calle. Con una inflación superior a la de la Unión Europea, las ofertas para compensar la pérdida de poder adquisitivo no son suficientes.
Esta situación se reflejará en las manifestaciones del Primero de Mayo, pero además, enfermeras, profesores y el sector ferroviario irán a huelga después de rechazar las subidas de salario ofrecidas por el Gobierno. El país vivirá numerosos paros en las próximas semanas coincidiendo con las fechas clave de Eurovisión y la coronación de Carlos III.
En Alemania, los sindicatos también saldrán a la calle bajo el lema "solidaridad incluso en tiempos difíciles". Piden repartir el coste de la crisis con salarios dignos. En Berlín, donde se prevé la mayor concentración, la policía desplegará a 6.300 agentes.