La Comisión Europea prevé presentar en marzo una primera propuesta de regulación del certificado digital de vacunación, según ha asegurado la presidenta del organismo, Ursula Von der Leyen, este lunes.
La creación de un pasaporte sanitario europeo, anunciada en la cumbre europea que terminó el pasado viernes, afronta enormes dificultades políticas, operativas y legales.
De este modo, todavía existen dudas con respecto a para quién iría dirigida dicha certificación o cómo se implementaría.
¿Quién podría acceder al certificado?
Con respecto a España, la secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, ha indicado que este documento podría ser válido para facilitar la movilidad turística —algo que también proponía a finales de enero la ministra de Turismo, Reyes Maroto—.
Sin embargo, como también defendía este jueves en rueda de prensa el director del CCAES, Fernando Simón, su uso principal debería ser sanitario. "Puede ser válido para que una persona vacunada con la primera dosis que se traslade de un Estado a otro, por ejemplo de España a Francia, pueda recibir la segunda", añadía Calzón.
De este modo, no se ha especificado si el certificado común para los miembros de la UE podría ser expedido para personas de una sola dosis o dos. Y menos aún en términos turísticos, de los cuales el Consejo Europeo tampoco ha hablado. En cambio, sí sería factible para facilitar la vacunación de aquellas personas que se han quedado a medias en el proceso.
¿Qué es el 'pasaporte COVID'?
El pasaporte de inmunidad que plantea la UE consiste en un certificado que acredita la vacunación de los ciudadanos del espacio europeo. Todavía no se ha definido la forma técnica en la que este presentaría, aunque ya existe el ejemplo de Polonia, que instauró un código QR para vacunados.
También, en nuestras propias fronteras, la primera región en ponerlo en marcha ha sido Andalucía. No obstante, esta certificación tiene un uso simplemente médico, para que los pacientes puedan notificar que han recibido la inyección. Es decir, no sirve como salvoconducto para viajar entre comunidades ni fuera del país, aunque desde la Consejería de Sanidad andaluza lo han planteado.
¿Qué países quieren implantarlo?
Durante su comparecencia posterior a la cumbre celebrada entre los países europeos este jueves, la canciller alemana, Ángela Merkel, ha insistido en que la implantación del pasaporte de inmunidad es algo que han demandado todos y cada uno de los miembros de la Unión Europea.
Algunos dirigentes han sido especialmente claros en la propuesta: por ejemplo, el canciller de Austria, Sebastian Kurz, ha abogado por adelantarlo antes que nadie: "Creo que este proyecto tiene que implementarse en primavera, si no es en toda Europa, tendremos que hacerlo a nivel nacional y con acuerdos con otros países que tengan políticas similares", indicaba en una rueda de prensa previa a la cumbre del bloque europeo.
¿Qué opina España?
España es otros de los países que forma parte de la lista de territorios que buscan su introducción, y desde hace semanas. Este lunes, la ministra de Industria, Reyes Maroto, ha reclamado la necesidad de avanzar en la adopción de protocolos comunes en todos los Estados Miembros para evitar las prohibiciones de circulación de viajeros en el interior del mercado interior y también con terceros países.
Ha defendido "que los certificados son una herramienta útil y eficaz para retomar la movilidad de una forma segura", además, la ministra ha insistido en que "se redoblen los esfuerzos para garantizar una mejor coordinación y comunicación de las medidas relacionadas con los viajes a nivel de la UE con el fin de evitar medidas discriminatorias entre ciudadanos y recuperar la confianza entre los viajeros".
Maroto ha insistido en que "es importante tener las herramientas preparadas para iniciar la movilidad y volver a poner a Europa como destino de viajes seguro que en el momento que los datos de incidencia del virus lo permitan".
"Si nos apresuramos (a levantar restricciones en Semana Santa) ponemos en riesgo una desescalada que está yendo muy bien", ha expresado, por su parte, la vicepresidenta tercera del Gobierno, Nadia Calviño, en La 1 este lunes.
"Reactivar el turismo debe ser nuestro objetivo prioritario", según la vicepresidenta, que ha indicado que para el verano el Ejecutivo trabaja "en la activación de un pasaporte de vacunación".
Aun así, a pesar de que Merkel indicara que todos los países están de acuerdo, hay algunos territorios que se han mostrado especialmente escépticos ante esta nueva vía, como Francia o Rumanía. En concreto, en el país galo se temen los problemas éticos que implicaría la medida. Un hecho con el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) también ha mostrado sus dudas, especialmente al indicar que "todavía se desconocen las repercusiones de las vacunas en la reducción de la transmisión, y la disponibilidad actual de dosis es demasiado limitada”.
¿Cuándo se aprobará?
La Comisión Europea (CE) tiene ahora tres meses para definir las condiciones técnicas de este sistema, mientras los lideres confían en que esté operativo "en los próximos meses" y "para el verano", según la canciller.
Se trata de una iniciativa, según la líder alemana, que podría servir para volver a poner en marcha los desplazamientos internacionales dentro de la UE. Incluso con con algunos "terceros países". Aun así, Merkel, durante su discurso, no habló en ningún momento de turismo.
¿Qué se está pidiendo ahora mismo para viajar?
De acuerdo con el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Consejo Interterritorial de Salud acordó exigir a los viajeros internacionales procedentes de países de riesgo —un listado que se revisa por las autoridades cada 15 días— una prueba PCR negativa de infección activa por coronavirus en las 72 horas previas a la llegada.
De este modo, todos los viajantes procedentes de países donde la tasa de incidencia acumulada en 14 días sea de 50 o más (así como la tasa de positividad de las pruebas sea superior al 4%) deberán someterse a estas pruebas.
No obstante, en cuanto a la implantación de la medida que debate la UE en territorio español, Fernando Simón prefiere hablar antes de "certificado" que de pasaporte, e incide en que todavía hay muchos aspectos que deben ser revisados: "No soy escéptico, soy prudente. Porque tiene que dar garantías de seguridad para hacer un seguimiento, y hay muchos factores que hay que plantear".
Según Simón, "puede haber malas interpretaciones y malos usos", debido a las "complejidades tecnológicas, sociales y económicas" que acarrearía el documento: "No son fáciles de manejar. Hay una apuesta para un certificado interoperable entre regiones europeas. Es muy importante por su utilidad clínica: para que una persona que se traslade a otro Estado pueda recibir la segunda dosis", afirmaba el experto.