El teniente de la Guardia Civil agredido en Alsasua (Navarra) en la madrugada del 15 de octubre de 2016 ha declarado en el juicio que celebra en la Audiencia Nacional que cuando estaba siendo golpeado, tanto dentro del bar Koxka como fuera, "nadie se acercó" a ayudarle y que llegó un momento en que temió por su vida.
"Nadie se acercó a mi que me quisiera echar un cable o que me ayudara a salir de allí. Los golpes no paraban, venían de todas partes. Temí por mi vida", ha afirmado en respuesta a preguntas del fiscal José Perals, al que ha asegurado que en ningún momento pudo defenderse y devolver los golpes, sino quedarse en el suelo protegiéndose la cabeza.
El teniente -que ha declarado de forma que sólo podían verle el tribunal, los acusados, las defensas y las acusaciones- está convencido de que sus agresores sabían perfectamente que era guardia civil y que tuvieron que avisarse unos a otros de que él estaba allí junto al sargento y las novias de ambos.