Gritos, agresiones o concejales encarándose a otros: son las imágenes políticas que, lamentablemente, se han convertido ya en algo más habitual de lo normal. En apenas tres meses, se han registrado cuatro enfrentamientos de diputados con otros diputados.
El último fue en el municipio de Cangas de Morrazo, en Pontevedra, cuando un concejal del PP se encaró con la teniente de alcalde del municipio porque le estaba grabando. Según ha explicado esta mañana la teniente de alcalde, Iria Malvido, en laSexta, "fue un acto violento del que hubiera sido relativamente fácil disculparse". Sin embargo, lamenta que no fue así: "Pero no, todo lo contrario, la culpa es nuestra que lo provocamos".
Según ha indicado la edil, se trata de un concejal que ya acumula una conducta "machista" que viene "de lejos": "Realizan gestos obscenos, se ríen, nos insultan por lo bajo...". Por eso, ha explicado, decidió grabarle, para que quedara constancia de su actitud.
Sin embargo, el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, ha respaldado la actitud del edil, y ha afirmado que no ve ninguna agresión en sus actos: "Los que salen en tromba intentando elevar este clima de enfrentamiento, buscando réditos políticos, sobre todo en Navidad, que se calmen un poquito", ha espetado.
Por su parte, la presidenta del PSOE de Galicia, Carmela Silva, ha asegurado que "está claro que el señor Rueda no ha visto bien el vídeo", y ha recordado el gesto similar que tuvo el portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, con el concejal de Más Madrid, Eduardo Rubiño. Una agresión por la que el PP sí ha pedido el cese del político de extrema derecha.
En la mañana de este martes, el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, afirmaba "lamentar profundamente que Vox, que pidió la dimisión del señor Viondi en una conducta que es perfectamente comparable en la de Ortega Smith, no lo haga en este caso".
La de Viondi fue otra de las agresiones que acumula la política en los últimos meses. A finales de septiembre, el ex concejal socialista Daniel Viondi dio tres palmaditas en la cara al alcalde de Madrid. Entonces, la portavoz socialista en el Ayuntamiento, Reyes Maroto, pedía disculpas, y poco después su edil dimitía.
Algo similar ocurrió en el parlamento valenciano cuando el vicepresidente de la Generalitat Valenciana, de Vox, dio otras palmaditas a un portavoz del PSOE en el pecho. Entonces, su partido las defendió y el PP, compañero de Gobierno, guardó silencio.