La decisión desde la dirección nacional de Vox ha provocado un terremoto dentro del partido. Santiago Abascal ha tomado la decisión de romper todos los gobiernos autonómicos con el PP después de que Feijóo aceptara el reparto de menores migrantes entre comunidades. Una postura precisamente contraria a las los cuatro vicepresidentes autonómicos que han tenido que abandonar su cargo.
Una decisión que se podría extender a los ayuntamientos. En 140 lugares municipales Vox y PP siguen manteniendo una alianza que se tambalea por el mismo motivo, los menores migrantes que Vox deshumaniza: "Si algún ayuntamiento empieza a colaborar con el reparto de menas, serán los ayuntamientos de los que tendremos que salir".
Una decisión que, según Sandra León, profesora de la Universidad Carlos III de Madrid, es fácilmente justificable, como ha señalado en Al Rojo Vivo: "Los partidos populistas tienen un componente muy débil que les facilita estar en la oposición como partido antisistema".
Sin embargo, la orden lanzada desde arriba por parte de Santiago Abascal no ha tenido una aceptación masiva, sino que ha habido una serie de 'rebeldes' que se han mantenido en su cargo o, al menos, han manifestado que así querían que fuera. El más sonado de ellos ha sido Ignacio Higuero, consejero de Vox en Gestión Forestal y Mundo Rural de Extremadura.
Pese a que precisamente este jueves aseguraba estar "a lo que remita mi presidente", hoy ha preferido unirse al gobierno popular de María Guardiola: "A lo largo de esta semana me dará de baja en Vox". Una desobediencia que también han realizado los tres consejeros de Vox en Castilla y León, pero Mañueco ha decidido que solo seguirá contando con uno, Gonzalo Santonja.
Un comité que no debió ser fácil, o al menos eso decía el lenguaje corporal de algunos durante el anuncio, apagados y serios ante el comunicado de su líder de una decisión que no parecen compartir. Incluso por si no había quedado claro, Abascal se llevó un recorte tras intentar darle la mano a Vicente Barrera, ya exvicepresidente de la Comunidad Valenciana, que es además el único de los vicepresidentes de Vox que no ha dimitido, pero porque Carlos Mazón se adelantaba cesándolo.