El Gobierno insiste en que los migrantes son una necesidad, no un problema. En España, ahora mismo hay 21 millones de personas trabajando: de ellas, casi tres millones son migrantes. ¿Son muchos o son pocos? El Banco de España calcula que para mantener el sistema de pensiones actual, en 2050, debería haber más de 20 millones de migrantes trabajando en España.
Es decir, necesitaríamos 17 millones más de migrantes dados de alta en la Seguridad Social. Y es curioso, porque en el debate sobre la migración entran en juego las percepciones y los prejuicios. Según un estudio del centro de Investigación ISEAK, hay menos migrantes de los que creemos, trabajan más de lo que imaginamos y reciben muchas menos ayudas que las que la ultraderecha asegura con bulos.
Fíjense, a un lado lo que creen los españoles, al otro la realidad. ¿Qué porcentaje de los ciudadanos en España creen que son extranjeros? De media respondemos que un 28% cuando la realidad es que los migrantes en nuestro país solo representan el 16%. ¿Y cuántos de ellos están en paro? Solemos pensar que casi la mitad, cuando el dato real vuelve a ser mucho menor. Y en cuanto al bulo que la extrema derecha suele utilizar.
Los españoles creen que la mitad de los extranjeros reciben ayudas públicas cuando en realidad solo las recibe uno de cada 10. Y para quienes creen que la mayoría de los migrantes vienen de África, otra falsa percepción, la mayor parte llega de Latinoamérica y de la Unión Europea.
Los migrantes, responsables de un porcentaje del crecimiento en España
Con todos estos números, es evidente que la migración va a tener un papel fundamental en las próximas décadas en nuestro país. Por muchas razones: pensiones, natalidad o mercado laboral cualificado, entre otras. Se puede debatir sobre cómo gestionar el asunto de los migrantes, pero hay cifras objetivas que explican por qué a España le hacen falta.
Primero: aportan mano de obra necesaria e imprescindible en algunos sectores. Es necesaria porque no hay mano de obra, hasta el punto de que ya representan el 20% de la plantilla. Básicamente, la creación de empleo se ha debido al flujo de los inmigrantes. Según el INE, todo lo que creció la población activa en 2023 fue gracias a la migración.
De todas las nuevas personas ocupadas o en disposición de trabajar, el 70% es migrante, otro 30% tiene doble nacionalidad. Y la cifra de nueva mano de obra española cayó el año pasado. Si no hubiera entrado esa mano de obra extranjera, no hubiéramos alcanzado el récord de 21 millones de personas afiliadas a la Seguridad Social. Y, probablemente, la economía española habría crecido menos.
Otro dato muy significativo: uno de cada tres nuevos trabajadores cualificado en nuestro país es extranjero. No solo eso, sino que la mano de obra colabora en el mantenimiento del sistema de pensiones que requiere de más trabajadores en activo. Además, frente a una población envejecida como la española, la migración aporta natalidad, futuros trabajadores frente a una tercera edad creciente. Al margen del ruido del populismo, las cifras hablan más alto.