Lo llevan diciendo los agricultores de toda Europa durante ya más de dos semanas. En sus manifestaciones, cortes de carretera y bloqueos de centros de distribución y logística de productos primarios; en sus tractoradas por los centros urbanos hasta las delegaciones de gobierno y administraciones autonómicas, hay dos quejas que se han repetido, sea en el idioma que sea:
- La Unión Europea les obliga a cumplir con una serie de objetivos para la transformación ecológica que no pueden asumir y que han incrementado sus costes.
- Esas exigencias no se las piden a los productos importados de terceros países que, denuncian, entran sin las mismas exigencias y controles que les piden a ellos.
Les piden a los organismos europeos, gobiernos centrales y regionales que no regulen de espaldas al campo. Sin embargo, ¿qué quiere exactamente la Unión Europea para su sector primario?
Sostenible, ecológica y rentable
Es un plan sin fisuras, pero muy abierto a cierta interpretación, a cambios por parte de cada uno de los Estados miembros, al presupuesto que destine la Unión Europea cada año al sector, a las elecciones del próximo junio y a las protestas de los agricultores. Pero sin fisuras.
Así es la PAC (de sus siglas, Política Agrícola Común) europea. La propuesta revolucionaria que busca cambiar el sector primario europeo tal y como lo conocemos. Un plan ambicioso que entró en vigor el pasado 2023 y que tiene como fecha de primera entrega, 2027. Para entonces, la agricultura europea será más ecológica, más sostenible y más atractiva para las nuevas generaciones. Y más rentable.
La pregunta del millón es cómo se plantea llevarlo a cabo. Para ello, propone diez objetivos. Para este reportaje, se han agrupado los más importantes y los que más polémica suscitan entre los agricultores, en tres bloques principales:
1. Contra el cambio climático
¿Qué propone la Unión Europea? Entre las medidas que más polémica han levantado en el sector, se encuentra la de que todas las explotaciones dediquen al menos un 3% "a la biodiversidad y a elementos no productivos", o la de reducir a la mitad el uso de plaguicidas químicos en el campo.
Prohibiciones que se unen a otras medidas que no son obligatorias, pero que se deben cumplir para poder recibir ayudas directas. En total, la Comisión Europea quiere destinar el 40% del total de fondos destinados a la PAC para cumplir con este objetivo.
¿Qué dicen las asociaciones agrarias? Piden una mayor flexibilidad a la hora de aplicar unas medidas que, dicen, reducen su productividad y aumentan sus costes de explotación, en un momento en el que de por sí, materias indispensables para su trabajo, como el gasóleo, ya son de por sí muy caras. Mientras, denuncian que productos de terceros países entren sin esas mismas exigencias que les obligan a ellos.
¿Qué dicen los datos? España usó más de 75 millones de kilogramos de pesticidas químicos el año pasado, según datos de Eurostat. Para encontrar una cifra de uso superior habría que retroceder hasta el 2014. Es decir, lejos de ir a menos, el uso de este tipo de contaminantes para el campo ha ido a más en nuestro país, lo que reduce la calidad del suelo y de nuestra biodiversidad.
La propia Comisión Europea lo achaca al aumento de las explotaciones "de alta intensidad", que apenas suponían el 35% a principios de siglo y hoy ya alcanzan el 46%.
Los agricultores nunca habían ingresado tanto por sus explotaciones como este 2023. A pesar de que existen diferencias abismales según el tipo de cultivo y el país en el que se encuentre, los ingresos medios de la agricultura en España son históricamente altos. La renta agraria en España ha aumentado un 11,1% en 2023.
Los agricultores han ganado más, en gran parte, gracias al aumento del precio de venta de sus productos en origen. Aunque advierten, esto ha beneficiado sobre todo (y una vez más) a las explotaciones más grandes (las de más de 500 hectáreas). A esto hay que sumarle un incremento de los costes desde el año de la pandemia (2020), entre un 20 y hasta un 40% en algunos casos, según afirman las asociaciones agrarias.
En conclusión, se percibe una recuperación durante este último año, pero insuficiente para compensar lo perdido en los anteriores. Más aún si eres una explotación pequeña o mediana.
Falta algo… Hablar de las importaciones de terceros países. Los agricultores reclaman mayores controles y la aplicación de las llamadas cláusulas espejo, que servirían para exigir las mismas condiciones a los productos de terceros que a los intracomunitarios. Sin embargo, para ello hace falta que la Unión Europea lo apruebe por unanimidad y hay países no productores, especialmente al norte del continente, que se niegan a hacerlo.
Mientras, las importaciones de terceros países siguen creciendo. Tan solo el 49% del producto que consumimos en Europa procede de nuestras fronteras. La entrada de productos de Brasil (+133%), China (+103%), Ucrania (+88%), o Marruecos (+37%), se ha disparado en los últimos cinco años.
2. Una modernización "indispensable"
¿Qué propone la Unión Europea? La implantación, entre otras cosas, del Cuaderno Digital de Explotación Agrícola, así como otras medidas de modernización tecnológicas, relacionadas en gran medida con el apartado anterior. El objetivo de este cuaderno es favorecer la comunicación entre agricultores y administraciones.
Se debería de haber empezado a utilizar en las grandes explotaciones en septiembre de 2023. Sin embargo, las quejas del sector pospusieron su aplicación a enero de 2024 y, de nuevo como consecuencia de las reivindicaciones del campo, se ha vuelto a rechazar a septiembre de 2024. Aunque el Ministerio de Agricultura ha anunciado que incentivará a los que, desde ya, empiecen a usarlo de forma voluntaria.
¿De qué se quejan los agricultores? De no saber utilizarlo por la edad que tienen muchos de los agricultores y por la excesiva burocracia que acarrea. La edad media del agricultor español ya supera los 61 años y es cierto, que el cuaderno digital trae consigo nuevos trámites como la gestión de los fitosanitarios que se usan en las explotaciones. Sin embargo, el objetivo de este cuaderno, tal y como ha asegurado el Ministerio de Agricultura, "es simplificar y facilitar el trabajo al agricultor".
3. Garantizar una renta justa a los agricultores
¿Qué propone la Unión Europea? Le pasa la pelota a sus miembros. Que los Estados dediquen al menos el 10% de sus pagos directos a ayudas complementarias para los agricultores, que varían en función de la región en la que desarrollen su actividad.
¿Qué proponen las asociaciones agrarias? Subir el Salario Mínimo Interprofesional.
¿Qué dicen los datos? El "salario" de los agricultores (sus ingresos agrícolas medios, para aquellos que se dedican única y exclusivamente a sus explotaciones) han sido históricamente más bajos que la media salarial en Europa. Según datos de la propia Comisión, los ingresos agrícolas medios de la UE representaron el 31 % del salario promedio de la economía en 2005, pero han aumentado hasta alcanzar el 65 % en 2022 .
Eso en Europa. Los agricultores españoles se encuentran en una situación mucho más ventajosa. Desde que hay datos (2005), nunca han ganado menos del salario promedio de la economía española. El mínimo se situó en el 104% durante la crisis financiera.
4. Apuesta por lo rural
¿Qué propone la Unión Europea? Que sus Estados miembros dediquen al menos el 3% de las ayudas que recibirán de la PAC para apoyar a los jóvenes que quieran dedicarse al sector primario.
Es el ejemplo que se aplica a la norma en materia de desarrollo rural. La Comisión Europea deja en manos de los países decidir qué hacen con las inversiones para apostar por el mundo rural. Es una apuesta ambiciosa y la que más libertad da, para la cual quiere destinar el 35% de los fondos destinados a la PAC.
¿Qué piden las asociaciones agrarias? Aseguran que el cúmulo de problemas anteriores son los que hacen que el sector no sea atractivo para los jóvenes. Piden, además de recursos para atraer a los jóvenes, más cursos de formación y aprendizaje para el campo.
Asimismo, quieren asegurar el buen cumplimiento de la ley de la cadena alimentaria. España es el país pionero en su implantación. El Ministerio de Agricultura se ha comprometido a asegurar su cumplimiento, para que los agricultores nunca reciban menos por la venta de sus productos de lo que les ha costado producirlos; ni para que se produzcan aumentos inexplicables del precio durante el proceso de distribución y venta de los mismos.
¿Qué dicen los datos? Que ese aumento de precios, en muchos casos, no puede explicarse. Algunos como el limón o el plátano, se venden hasta un 800% más caros con respecto al que lo venden los agricultores en origen.
En cuanto al relevo generacional, España necesitará para finales de esta década más de 200.000 agricultores y ganaderos para poder asegurar la sostenibilidad del sector primario. Solo en ganadería se van a jubilar el 56% de sus trabajadores para 2030.
Falta hablar de dinero
Estos cuatro apartados agrupan siete de los diez objetivos que propone la Unión Europea para que su revolución de la agricultura sea un hecho. Otros tienen que ver, además, con la salud alimentaria y el bienestar animal. Para llevarlos a cabo, se ha comprometido a destinar casi 400.000 millones de euros entre 2021 y 2027.
Sin embargo, los fondos que ha destinado para "agricultura y política marina" en sus Presupuestos de 2024 difiere bastante. Destinará apenas 55.000 millones de euros, apenas un 13% del total que ha propuesto para todo el plan. Casi el 74%, es decir, tres de cada cuatro euros del dinero presentado para la modernización de la agricultura europea este 2024, irán destinados a ayudas directas a los agricultores.