Cataluña afronta un nuevo ciclo político con Illa a la cabeza, el independentismo perdiendo fuerza con Puigdemont acaparando todas las miradas y una crisis interna en los Mossos d'Esquadra tras la actuación del pasado jueves. Y es que la investidura de Illa con su política de "unir y servir" ha provocado que Junts mueva fichas con la convocatoria de un congreso en octubre para relanzarse como "alternativa" al acuerdo entre PSC, ERC y los comunes y como la "única" oposición independentista. Un mar de dudas que envuelve el panorama político en Cataluña.

Una serie de incógnitas que desembocan en un mismo puerto: Carles Puigdemont. La abrupta vuelta y posterior huida de Cataluña ha dejado en el aire el futuro del expresident. Días después de su visita a España, son varias las cuestiones que rodean al expresident catalán, si dejará la política, tal y cómo él mismo prometió si no llegaba a ser President, si Junts seguirá apoyando a Sánchez o qué va a pasar con su amnistía.

"No queda otro remedio que se aplique la ley de amnistía". Las palabras de Puigdemont se unen a las críticas del Gobierno que defiende que se le aplique la ley. "Lo que no pueden hacer los tribunales es extralimitarse a la hora de interpretarla, diciendo que ha habido malversación. Es que no hay por donde agarrarlo. Hay tribunales en España que se pronuncian sobre esto, espero que lo haga el Tribunal Constitucional", ha expresado Óscar Puente.

Por tanto, su vuelta a España definitiva es otra incógnita que el propio Puigdemont prefiere no despejar. Lo que también está en el aire es si Junts mantendrá o retirará su apoyo al gobierno de coalición. Por el momento no se posicionan, una actitud que al Gobierno central parece no preocuparle

Y en esta lista de enigmas, otra más: si abandonará o no la política tal y como prometió. El líder de Junts deja entrever que esa promesa, la de abandonar si no es president, no se cumplirá: "Yo quiero hacer política en condiciones de normalidad". Pero la última palabra la tiene ahora Junts.

Crisis en los Mossos d'Esquadra

La huida de Carles Puigdemont ha generado desencuentros entre los Mossos d'Esquadra. Este lunes los sindicatos denuncian fallos en la 'operación Jaula' para detener al expresident. Sin embargo, el pasado viernes el jefe de la policía autonómica defendía a capa y espada la actuación del cuerpo policial.

Entre las grandes discrepancias está la responsabilidad de que Puigdemont consiguiera volver a huir. También se habla de "ridículo" por no haber podido cumplir una orden de detención judicial. Y en cuanto a la puesta en marcha de la operación, los sindicatos han asegurado que fue innecesaria.

Una actuación que la cúpula de los Mossos intentó justificar explicando el porqué no se detuvo a Puigdemont. En su defensa, un ataque al compartimiento de Puigdemont: "No preveíamos un comportamiento tan impropio de quien fue la máxima autoridad del país".

Pero hay más. No solo Puigdemont ha sido el culpable de su no detención. Los Mossos cargaron también contra agentes del propio cuerpo que ayudaron a Puigdemont, dejando de lado la autocrítica. "Condenar que es un acto deplorable e inaceptable. No solo dificultaron la detención sino que pusieron dificultad a sus compañeros". Muy crítico se mostró el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, con los tres agentes detenidos, llegando incluso a expresar que "no merecen vestir su uniforme".

Mientras, Illa presenta a su Govern

Entre las dudas de Puigdemont y la crisis en los Mossos, Salvador Illa sigue firme en su camino. El presidente de la Generalitat ha presentando este lunes a su equipo de consellers monopolizado por el PSC, aunque cuenta con perfiles técnicos y especializados para determinadas áreas de responsabilidad y varios puestos que ocuparán el nacionalismo catalán.

El líder del PSC ha considerado su llegada como "un camabio de época" para afrontar la "tercera gran transformación de Cataluña". "Asumiremos la respuesta en todo momento buscando el bien común y la defensa de Cataluña como únicos criterios de actuación", ha defendido Illa, que ha puesto valor los "denominadores comunes" de sus 16 consellers, como son la "vocación de servicio público", sus "trayectorias profesionales acreditadas" o sus "valores socialdemócratas".

Illa sigue recalcando su principal objetivo: "unir y servir" a los catalanes "respetando la pluralidad de Cataluña". Una promesa que ha empezado a cumplir con sus nombramientos. Entre sus consellers se encuentra Miquel Sàmper, ex conseller de Interior con Quim Torra, una de las figuras de Junts que dejó la formación en febrero de este año. Al de Sàmper, hay que sumar el de Ramon Espadaler, exdirigente de CiU que lleva años colaborando con el PSC; o Sonia Hernández, diputada de ERC, directora de Patrimonio Cultural durante el mandato de Pere Aragonès.

Estos nombramientos no sentaron nada bien en Junts, con Jordi Turull, secretario general de la formación, cuestionando en redes sociales que haya "políticos que juegan a la bolsa en cada momento y se mueven al lado de quien cree que cotiza más". "No se mueven por convicciones políticas. Y en este Govern hay más de uno y de dos", sentencia. A este mensaje hay que sumar el del exconseller Miquel Buch, que compartió una fotografía del cuadro 'El beso de Judas' en sus redes sociales.