Los insultos hacia la presidenta de la Diputación de Pontevedra en las redes sociales por parte del concejal de Moraña fueron claros. "Qué mala zorra y sinvergüenza" escribió el concejal, y un militante del PP publicó: "Menuda furcia e hija de puta".
Carmela Silva los denunció, pero la juez de violencia de género no admite la denuncia porque cree que este lenguaje es una práctica habitual entre políticos.
"Las palabras son de una gravedad que yo ni siquiera me atrevo a repetirlas", ha confesado la presidenta de la Diputación de Pontevedra.
Silva dice que ella puede defenderse públicamente, pero teme lo que puedan pensar las mujeres maltratadas "cuando vean que ante insultos tan graves se desestiman los recursos".
El concejal del PP dimitió días después de colgar los insultos en Facebook y pidió disculpas en la misma red social, afirmando que no es "nada machista" y que sabe "mejor que nadie lo que es defender los derechos de todas las mujeres".
El concejal de Moraña no ha querido hacer declaraciones, pero su familia ha confesado a laSexta que lo está pasando muy mal desde hace seis meses.
El portavoz del PP en Pontevedra, Ángel Moldes, cree que no debe criminalizarse un error y que ese comentario "no le describe porque es una persona tolerante y tranquila". Además, considera que con la dimisión ya "pagó este conflicto".
Aunque la juez está de vacaciones, Carmela Silva presentará un recurso.