Solo cinco días después de que la residencia en la que estaba su madre le comunicara que estaba enferma, a Carmen le informaron del fallecimiento. "No la derivaron ni al hospital, según la residencia porque era el protocolo de la Xunta", explica Carmen a laSexta, que recuerda que ni siquiera le dieron el pésame.
En esa llamada solo le dijeron dos cosas, que la causa de la muerte era el coronavirus y que ya habían llamado a la funeraria porque debía incinerarse antes de 12 horas. Carmen no pudo verla, ni pudo despedirse. "Es muy duro el fallecimiento de una madre, pero es demoledor saber que incluso se le ha negado la posibilidad de sobrevivir al no llevarla a un hospital", explica.
Sin embargo, la Xunta niega que hubiese un protocolo que impidiera trasladar a los residentes a hospitales, aunque más de 270 mayores fallecieron en estos centros en la comunidad.
Y lo cierto es que las UCIS gallegas, con los datos oficiales, nunca llegaron a colapsarse. Con la llegada de la pandemia, aumentaron en capacidad hasta las 274 camas y precisamente, la primera semana de abril, cuando se confirmó el contagio de la madre de Carmen, se alcanzó el pico de ocupación (177 camas el día 4, muy por debajo del tope). En ese momento, había casi 100 plazas de cuidados intensivos disponibles.
Carmen no lo entiende: "Mi padre médico toda la vida y mi madre cotizando a la Seguridad Social para que en el momento más difícil la dejen morir".
En su intervención en el último pleno del Ayuntamiento de A Coruña exigió a la Xunta que inicie una investigación.