Carles Puigdemont no será entregado a la justicia española por rebelión. "Muy posiblemente sea entregado a la justicia española por malversación, por cohecho o prevaricación", ha declarado Fernando Álvarez-Ossorio, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla.
Con esta decisión del tribunal alemán se abren una serie de incógnitas en torno al proceso judicial. "Todo lo demás sigue vivo", añade Álvarez-Ossorio.
Si Puigdemont vuelve para ser juzgado por malversación, se enfrentaría a una pena máxima de 12 años de cárcel. Que contrastan con los hasta 30 años que podrían caerle al resto de procesados por rebelión.
"La calificación de rebelión que hace Llarena queda muy tocada, por el hecho de que el líder viene a España y no se le va a juzgar por rebelión", destaca Diego López Garrido, catedrático de Derecho Constitucional. Pero Llarena planea llevar al Tribunal de Justicia de la Unión Europea la falta de colaboración del tribunal alemán.
"La justicia alemana ha discrepado de la idea de violencia que ha aplicado hasta ahora el Tribunal Supremo", Joaquim Bosch, magistrado y miembro de Juezas y Jueces por la Democracia. Porque ante esta situación, el expresident podría ser juzgado por delitos menos graves que los otros miembros de su Govern.
"A la vista de las circunstancias, puede no mantener la acusación de rebelión", puntualiza Ramón Rodríguez Arribas, exvicepresidente del Tribunal Constitucional. Otra hipótesis, mucho menos probable, es que el juez Llarena vuelva a retirar la euroorden contra Puigdemont.
"Una segunda retirada de la euroorden más una negativa a presentarla en Dinamarca ya es cuestionar abiertamente si España va a seguir formando parte del sistema euroorden y eso también afecta a si queremos seguir formando parte de la UE, señala Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont. Mientras, Carles Puigdemont, retoma su campaña internacional desde Berlín.