A día de hoy, apenas un 2% de los españoles están protegidos gracias a los dos pinchazos de las vacunas frente al COVID-19. Después de algo más de un mes desde que empezaron las inyecciones -el 27 de diciembre-, la esperanza inicial ha dado paso a la desesperación por la lentitud del proceso. Los fallos de suministro, la falta inicial de recursos para inyectar en Navidad, las peleas con las farmacéuticas para conseguir más dosis, el hecho de que sean dos inyecciones las necesarias para garantizar la inmunidad... son solo algunas de las razones que han ralentizado la campaña.
Sin embargo, desde el Gobierno se muestran esperanzados en que la campaña de vacunación permite ver la luz al final del túnel... un túnel demasiado cercano. Según la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, el avance en las inmunizaciones podría permitir la movilidad en Semana Santa (28 de marzo - 4 de abril), después de que el año pasado la pasáramos confinados.
"Todo va a depender de la evolución de la pandemia; es la que marca el paso de la movilidad y la reactivación de los sectores que, como consecuencia de las restricciones, están viendo limitada su actividad", ha explicado este lunes durante una visita a Valladolid. "No habrá movilidad si no hay contención del virus y eso pasa sí o sí necesariamente por seguir manteniendo las medidas higiénicas y acelerar el proceso de vacunación".
Estas nuevas declaraciones vienen después de que la propia Maroto, en una entrevista en Onda Cero, asegurara que la Semana Santa podría suponer la vuelta de los viajes nacionales. Esta afirmación, en plena tercera ola y con graves cifras de contagios y muertos, supuso una agria polémica. La Operación 'Salvar la Semana Santa' se parecía demasiado a las Operaciones 'Salvar el verano' y 'Salvar la Navidad', con las consecuencias conocidas.
Cuatro millones en marzo
Ahora bien, ¿será la Semana Santa el principio del fin?
La vacuna no es el único factor, pero sí uno de los más relevantes. Hasta ahora se han recibido cerca de tres millones de vacunas, pero la previsión es que en febrero se reciban cuatro millones adicionales de dosis de Pfizer, Moderna y AstraZeneca. BioNTech ha confirmado que en marzo enviará 2,7 millones de dosis más al país. En total, 6,7 millones, según afirmó la semana pasada la ministra de Sanidad, Carolina Darias.
En total, esto supondrá inmunizar a 3,3 millones de personas. Si en la actualidad hay más de 700.000 personas con la pauta completa, en marzo la cifra superaría los cuatro millones de inmunes. El 8,5% de los españoles a finales de marzo.
La cifra, por supuesto, está sujeta a cambios, ya que depende de las entregas mensuales que lleguen de Moderna y también de AstraZeneca, que están aumentando su ritmo de producción. Además, la Agencia Europea del Medicamento -EMA, por sus siglas en inglés- podría aprobar nuevas vacunas, como la de Janssen (Johnson & Johnson), lo cual aumentaría las dosis disponibles. Este suero inmunizaría con solo un pinchazo, a diferencia de las tres anteriores, que necesitan dos.
Además, hay varios estudios preliminares que están probando que las personas que se han contagiado del virus desarrollan una cantidad superior de anticuerpos con solo una dosis, que el paciente sano con dos. De confirmarse, reduciría notablemente la necesidad de vacunas para proteger a la población.
El 80% de los mayores en marzo
De momento, el objetivo a corto plazo del Gobierno y las Comunidades Autónomas es inmunizar a los más vulnerables. El Plan de vacunación, que dividía a la población en quince grupos para ser inmunizados, establecía que en la primera fase -cuando las dosis fueran más escasas-, se priorizara a los mayores en residencias, sus trabajadores y los sanitarios de primera línea.
Toda vez que la vacunación avanza a buen ritmo en estos sectores, el objetivo del Ejecutivo es conseguir un 80% de los mayores de ochenta años vacunados a fin de marzo. Estos serán inmunizados con vacunas de ARN mensajero, las de Pfizer y Moderna, en tanto que las de adenovirus -como la de AstraZeneca- será empleada en menores de 55 años.
Esto ha supuesto un cambio en el plan de vacunación, que tendrán que concretar las Comunidades autónomas. Cataluña, por ejemplo, ya ha asegurado que utilizará las dosis de AstraZeneca para inyectar a farmacéuticos, bomberos, policías y demás personal sanitario de primera línea. Madrid, por su parte, apuesta por inmunizar cuanto antes al personal de la hostelería. La población general, de momento, tendrá que esperar.
Los expertos lo tienen claro: nada de salvar la Semana Santa
Cuando la tercera ola parece estar doblándose, hablar de salvar la Semana Santa parece invocar una cuarta. Además, a diferencia de las dos anteriores, en este nuevo envite han aparecido variantes mucho más contagiosas, como la británica o la sudafricana, de las cuales ya hay varios casos en el país. De hecho, según Sanidad, en febrero la cepa británica podría convertirse en la principal en la Península. Esto, obviamente, dificultaría la movilidad en Semana Santa, toda vez que algunas vacunas -como la de AstraZeneca- no están demostrando la suficiente efectividad frente a variantes como la sudafricana.
Según el modelo matemático del divulgador científico Santiago García Cremades, de mantenerse las medidas, la incidencia acumulada (IA) podría caer hasta los 200 casos por cada 100.000 habitantes a finales de mes o principios del que viene. "Lo único que podemos aprender de lo que hemos vivido es que tenemos que mantener las medidas de estas dos últimas semanas", aseguró en 'Liarla Pardo'.
Partiendo de cifras tan altas como la IA en la actualidad, el descenso sería notable, pero según los estándares de la OMS y el objetivo del Gobierno, la meta está en los 25 contagios por cada 100.000 habitantes.
El experto en Salud Pública y exdirectivo de la OMS, Rafael Bengoa, ha advertido recientemente que "no es aconsejable repetir el error de Navidad en Semana Santa". Es decir: abrir demasiado la mano para que se multipliquen los contagios dos semanas después.
"Hay que acordarse de que la variante inglesa en esta tercera oleada está entre nosotros y tendrá ganas de entrar en cuarta ola", ha señalado en una entrevista reciente, insistiendo en que "tenemos un problema de no aprendizaje" tras desescalar de forma muy rápida en verano y en Navidad.
"Es evidente que no tenemos que repetir otro evento supercontagiador que se llame el Puente de San José, que se llame Semana Santa o incluso después", ha sentenciado.
La procesión, este año, tendrá que ir por dentro.