De noche, vestidos con monos blancos, mascarillas y gafas de buceo. Hasta 82 personas de más de 16 brigadas de limpieza proceden a retirar lazos amarillos. "Vamos a retirar los lazos con la indumentaria adecuada, como si retiráramos chapapote", sostiene José Casado, portavoz de las Brigadas de Limpieza y de segadors de Maresme.
¿Su objetivo? Acabar, dicen, con el alto índice de plástico amarillo en tres pueblos de Girona. "Vamos a limpiar Cataluña", sostienen.
La primera parada es Bisbal d'Empordà, allí 'cutter' en mano, o con tijeras, retiran uno a uno los lazos amarillos del río. Algunos hasta cogen una escalera para llegar a farolas, a lo alto de las fachadas...
Al grito de "fachas", un motorista les insulta. Otro vecino les pide explicaciones. Después, llegan los Mossos e identifican al coordinador de la Brigada de Limpieza.
La Pera es la segunda parada, en ella también recogen lazos del suelo, los arrancan de los quitamiendos, del alumbrado, de las barandillas... "Lo hacemos porque amamos nuestro país, queremos limpiar nuestro pueblos", sostiene una participante.
En el último destino, en Sant Feliu de Guíxols, también en escena los Mossos, una operación de limpieza que ha durado casi seis horas. "Nosotros limpiamos, por la mañana nos tomamos un café y nos ponemos a trabajar", declara otra participante.
Entre los voluntarios, dos de las personas que el día 19 de agosto fueron identificadas en Tarragona por los Mossos. "Nos requisaron todo tipo de materiales, fue despectivo totalmente, vejatorio", explican. Dicen no olvidar la vejación que sintieron.