Otro viaje de final de curso de alumnos de segundo de Bachillerato de distintos centros educativos de la provincia de Barcelona a la isla de Menorca ha causado un nuevo brote multitudinario de COVID-19. Así lo ha apunado el Departamento de Salud, que ha señalado que está bajo investigación epidemiológica este macrobrote, producido en la Isla de Menorca entre los días 12 y 18 de junio y donde ya hay 24 casos positivos confirmados y 40 más en estudio.
Según ha señalado el organismo, los centros no tienen ninguna vinculación con la organización de los viajes y, por tanto, no se "divulgará el nombre". Al contrario, estos viajes fueron orquestados por los mismos estudiantes al margen de los centros, creando grupos de chat y contactando con distintas agencias de viajes especializadas en esta clase de eventos. Salud reitera el llamamiento al conjunto de la población a actuar de forma responsable y a respetar las medidas vigentes de control epidemiológico.
En principio, este episodio no tiene relación aparente con el producido en la isla de Mallorca y que, en este momento, no afecta ninguna persona residente en Cataluña. Este macrobrote cuenta ya con más de 400 positivosy afecta ya a seis comunidades autónomas: Madrid, Galicia, Euskadi, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Aragón. Este suceso podría haberse originado en dos puntos distintos de Mallorca.
Por un lado, su posible origen se sitúa en la calle Pere Maimó, situada en la localidad de S'Arenal de Llucmajor. Esta es un vía muy estrecha, de apenas de diez metros, en la que la Policía reconoce que permitió que se realizaran botellones para evitar que estos se dispersaran por distintos puntos. Allí, cientos de jóvenes se agolparon en esta zona sin cumplir la distancia de seguridad ni utilizar la mascarilla. Los agentes permitieron las celebraciones en esta zona durante dos o tres días, pero al ver que los habitantes de las isla también se desplazaban aquí, la desalojaron.
Por otro lado, se cree que el otro punto clave que disparó los contagios fue el concierto desalojado en la plaza de toros de Mallorca. Aunque en un principio en este evento se iban a cumplir las medidas de seguridad -todos los asistentes tenían que estar sentados y llevar la mascarilla de forma obligatoria-, las medidas impuestas no se cumplieron, y el espectáculo tuvo que ser desalojado por las autoridades.