Las imágenes son conmovedoras. Restos de 42 personas desaparecidas de la Guerra Civil, la mayoría soldados republicanos (milicianos y gudaris) que murieron en la defensa de Bilbao en 1937, han sido recuperados en el cementerio de Begoña de Bilbao en la mayor fosa común exhumada en Euskadi hasta la fecha. Un descubrimiento que reaviva las esperanzas de muchas familias de encontrar a sus desaparecidos.
Muchos han aparecido con signos de violencia como orificios en el cráneo, en posición boca abajo, o con las manos atadas y con restos de metralla, lo que hace pensar a los investigadores que fueron ejecutados.
Una sorpresa para los antropólogos
El enterramiento está dividido en cuatro partes contiguas. La primera y la segunda con dos individuos cada uno, que sí estaban registrados en el cementerio, pero en la tercera zona había otras 17 víctimas y en la cuarta 25 más. "En total, en esta gran fosa común han aparecido restos humanos de 42 víctimas que no estaban registradas y, por tanto, permanecían desaparecidas hasta la fecha", explica la consejera de Igualdad del Gobierno Vasco, Beatriz Artolazabal. En los trabajos de excavación, se ha recuperado numeroso material, como monedas, objetos personales, bota, hebillas, y un total de cinco chapas identificativas que han dado las primeras pistas para su identificación.
Gudaris y milicianos
Las primeras evidencias materiales encontradas en la fosa apuntan a que se trata de restos de gudaris y milicianos y, según ha añadido, todo indica que murieron en la defensa de Bilbao entre los días 15 y 18 de junio de 1937, probablemente en la batalla de Artxanda. Estos gudaris y milicianos fueron enterrados en Begoña, sin ningún tipo de registro ante la inminente caída de la ciudad.
Artolazabal ha indicado que se trataría de personas de ideologías plurales que participaron en la defensa de Bilbao, que "dieron su vida por defender al gobierno legítimo" y que "luchaban por la libertad, el autogobierno y la democracia". "Muy probablemente estos jóvenes fallecieron en la batalla de Artxanda. Muy probablemente fueron enviados por el lehendakari Agirre a frenar a las tropas franquistas a los altos que rodean Bilbao", ha indicado Artolazabal.
Una primera limpieza de las chapas identificativas halladas en la fosa apunta a qué batallones podrían pertenecer los fallecidos y, en concreto, ha avanzado que pueden ser gudaris del Batallón San Andrés, unidad de Eusko Gudarostea vinculada al sindicato nacionalista Solidaridad de Trabajadores Vascos; milicianos del Batallón Jean Jaurés, vinculado a Unión General de Trabajadores; y también se cree que puede haber milicianos anarquistas.
Llamamiento a las familias
La consejera ha detallado cómo se desarrolla el proceso de identificación de los restos, que comienza con la toma de muestras y análisis genético de los restos exhumados y el cotejo con las muestras del Banco de AND de Gogora. No obstante, con el objetivo de aumentar la posibilidad de poder identificar a estas personas, ha hecho un llamamiento a las familias que tengan indicios de que su familiar pudo morir en la defensa de Bilbao, a que se pongan en contacto con Gogora y, en el caso de que proceda, a donar su muestra de ADN.
"Toda colaboración va a ser bienvenida para tratar de identificar a estas personas que, han permanecido bajo tierra durante demasiados años, sin que sus familiares supieran su localización. En el Gobierno Vasco mantenemos firme nuestro compromiso de restituir la dignidad de las víctimas de la Guerra civil y de la dictadura franquista", ha dicho. Por último, ha subrayado que el Gobierno vasco mantiene firme el compromiso de restituir la dignidad de las víctimas de la guerra civil y del franquismo y, en la medida de lo posible, seguirán buscando y tratando de identificar a todas las víctimas desaparecidas para que puedan ser devueltos a sus familias".
Esta intervención en el cementerio de Begoña se ha realizado en el marco del proyecto Begoñako Argia del Ayuntamiento de Bilbao impulsado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi.