Beso no consentido

Rubiales, visto para sentencia: radiografía de un juicio que pone el foco en el consentimiento y las coacciones

Decisión trascendental En unas semanas sabremos si Luis Rubiales es culpable o inocente de un delito de agresión sexual, y si él y el resto de su cohorte cometieron otro delito de coacciones.

El expresidente de la Federación de Fútbol Luis Rubiales

El destino de Luis Rubiales ya solo depende del juez. Se acabaron las declaraciones, los testigos, los peritos y los informes. El juicio del año en España ha quedado visto para sentencia y los acusados no han querido hacer uso de su último turno de palabra. Mudos dentro de la sala y mudos fuera, Luis Rubiales, Jorge Vilda, Albert Luque y Rubén Rivera han preferido este viernes optar por el silencio.

En cambio, sí han hablado sus abogados y llama la atención la estrategia concreta de un letrado concreto, el del exseleccionador nacional femenino. Ha intentado exculpar a Jorge Vilda recalcando que él nunca abordó a Jennifer Hermoso, que fue a su hermano y que este es un "exagerado" y mentiroso. "Yo creo que el señor Hermoso es un exagerado. En el juzgado dice una cosa, en la prensa dice la contraria", ha asegurado.

Los argumentos de los abogados de Luque y Rivera han tenido más de ofensiva contra la Fiscalía que de defensa de sus defendidos. El abogado de Albert Luque, Jorge Navarro, se ha preguntado "cuántas veces su señoría ha tenido que interrumpir especialmente al ministerio público por el contenido de las preguntas". "Estamos en un estado de libertad, no de presión de: "ojo, no vayas a hablar con esta porque eso es un delito". Por el amor de dios", ha añadido el abogado.

Ante esto, el magistrado José Manuel Fernández-Prieto, le ha echado en cara si el alegato era hacia él o a la prensa. "Es que llega un momento que yo ya me pierdo", ha dicho.

Por su parte, el abogado de Rubén Rivera, Joaquín Jiménez, ha asegurado que él tiene "la teoría que solo lo del beso no era suficiente". "Y podríamos construir una teoría que tiene detrás un relato bastante interesante, me compraría la novela si la sacan algún día", ha comentado.

Una vez más, el magistrado ha sido tajante y le ha recordado que le ha pedido la ronda "y todavía no ha dicho nada de su cliente". Y así, con esa forma tan suya, ha puesto punto y final al juicio. Aunque parece aliviado, ahora es cuando el juez deberá tomar la decisión más transcendental.

Una decisión trascendental

En unas semanas sabremos si Luis Rubiales es culpable o inocente de un delito de agresión sexual y si él y el resto de su cohorte cometieron otro delito de coacciones. Durante el juicio, las visiones de lo que se vivió tras la final del Mundial han sido antagónicas. Para Jenni Hermoso fue un beso no consentido, una absoluta falta de respeto y un desamparo por parte de la Federación. Para Rubiales, en cambio, fue un error, pero no un delito.

"Me sentí poco respetada. En ningún momento lo busqué ni lo esperé", ha reconocido la jugadora de fútbol en el juicio. Mientras, Rubiales ha continuado con su versión asegurando que "ella me apretó muy fuerte debajo de las axilas, me levantó y al caer le pregunté "si puedo darte un besito" y me dijo "vale"". "Fue un signo de cariño a una persona que me inspiró ternura", ha añadido Rubiales.

Pero para Hermoso el beso "estaba fuera de contexto totalmente". "Sabía que me estaba besando mi jefe. Esto no debe ocurrir en ningún ámbito social ni laboral", ha insistido la jugadora, quien además ha hecho hincapié en que "no tengo que estar llorando en un cuarto para entender que eso no me gustó". Rubiales reconoce así que se ha equivocado pero no considera que sea un delito.