Durante el verano de 2023, el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, identificó 3.009 defunciones atribuibles al exceso de temperatura a nivel nacional, siendo el tercer verano con mayor cifra de excesos de la serie 2015-2023.
Durante ese mismo año, las autoridades sanitarias autonómicas notificaron al Ministerio de Sanidad 24 fallecimientos por golpe de calor, con una media de edad de 53 años y una distribución por sexo del 87,5% en hombres y 12,5% en mujeres.
Durante todo el verano, Sanidad mantendrá activo el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas por Altas Temperaturas, cuyo objetivo es reducir el impactosobre la salud de la población como consecuencia del exceso de temperatura. De hecho, señalaron desde Sanidad, la exposición a temperaturas ambientales elevadas puede provocar una respuesta insuficiente del sistema termorregulador humano.
El calor excesivo puede alterar nuestras funciones vitales si el cuerpo humano no es capaz de compensar las variaciones de la temperatura corporal. Una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento de los distintos órganos.
En algunas personas con determinadas enfermedades crónicas, sometidas a ciertos tratamientos médicos o con discapacidades que limitan su autonomía, estos mecanismos de termorregulación pueden verse descompensados más fácilmente.