Los años bisiestos son toda una celebración en una zona en concreto del planeta Tierra. Se trata de Anthony, un pueblo de Texas considerado la capital mundial del Año Bisiesto. De hecho, tiene su propio festival dedicado a esta ocasión. Su página web lo dice todo: "Te sumergirás en un mundo de música en vivo, atracciones para los niños, auténticas comidas locales, vendedores de artesanía únicos y diversión sin fin para familiares y amigos".
Pero lo cierto es que lo del Año Bisiesto no es una celebración generalizada como tal. Ni mucho menos. De hecho, es símbolo de mala suerte en Escocia o Grecia. Para consuelo de sus vecinos solo ocurre cada cuatro años que febrero tiene 29 días, en vez de 28. El objetivo de este añadido es corregir las diferencias del calendario. ¿Cuáles? Se preguntarán algunos.
Resulta que cada año no tiene 326 días clavados. Tiene realmente 365 días y 6 horas. Así, un monje de Turquía del año 200, cuyo nombre era Dionisio 'El Pequeño', encontró la solución para ajustar la cuenta del calendario juliano y la realidad. Su propósito era evitar el desajuste que provocaría que en 500 años el solsticio de verano ocurriese en invierno y viceversa, así como asegurar que todas las fechas coincidieran en el tiempo.
Por qué se añade un día más en febrero
Si el 29 de febrero no hubiera existido, no se podrían controlar los fenómenos a través del calendario, explica Manuel Manianes, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a Europa Press. El experto sostiene que sin este día "los seres humanos no podrían seguir el ciclo de la naturaleza, ya que, por ejemplo, la floración de las plantas reventaría en lo que conocemos como verano cronológico". Por otro lado, que el cambio sea en febrero no es casualidad, sino que se añade ahí porque encaja con el solsticio de invierno y de la distancia de la luna respecto a la Tierra.
Creencia popular: niños bisiestos, niños curanderos
Así, Manianes rescata una viaja creencia que señalaba que los niños nacidos en año bisiesto eran especiales, con poderes, o que podían ser incluso curanderos. Para él, sin embargo, si los bisiestos son años extraordinarios es porque ocurren cosas extraordinarias, no por el mero hecho de serlo. "Las creencias populares son muy importantes, pero desde el punto de vista cultural, ya que desde el científico demuestran que esto no tiene ninguna relación con hechos especiales", concluye.
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Forzada a alquilar su vientre
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