La Policía trabaja a contrarreloj para resolver el asesinato de Borja Villacís. Los agentes cuentan con 72 horas, desde que detienen a los presuntos autores del crimen, para esclarecer lo ocurrido, y es que es el tiempo máximo en el que pueden estar retenidos.

La investigación trata de reconstruir los hechos que tuvieron lugar en la mañana del martes 4 de junio, en la que un coche con tres personas en su interior tiroteó al vehículo en el que viajaba el hermano de Begoña Villacís. Tras esto, se dio a la fuga, comenzando así una frenética búsqueda que ha finalizado con la detención de todos los implicados. De momento, la principal hipótesis con la que trabajan es que se trató de una emboscada.

El periodista Leo Álvarez ha explicado en laSexta Noticias que el motivo de la quedada entre ambos grupos fue un conflicto previo entre dos de sus miembros. Fuentes del entorno de Borja Villacís aseguran que Luis, la persona herida en el tiroteo, y Borja quedaron con sus asesinos porque Kevin quemó un coche de Luis.

Desde ese momento, ambos estaban enfrentados, con mensajes cruzados de amenazas. Es entonces cuando Kevin asegura que va a pagar por el daño causado por haber quemado el coche.

Borja Villacís y su acompañante llegaron en un Citroën C3 gris; el otro coche era un BMW X2 en el que viajaban una mujer de 52 años, su hijo Kevin y una tercera persona. Además, parece que a estos coches podría sumarse un tercer vehículo todavía sin identificar y que más personas estuviesen implicadas en el tiroteo, un extremo que no se ha podido confirmar y que resulta uno de los grandes interrogantes que quedan por resolver.

Ahora, los agentes trabajan para esclarecer si se pudo tratar de una quedada que se complicó o si la primera intención del encuentro era asesinar a Borja Villacís.

Detienen a todos los presuntos implicados

La Policía ha detenido a cuatro personas en una jornada de vértigo. La búsqueda comenzó nada más producirse el crimen, tras recibir un vídeo clave en el que se ve a los tres presuntos implicados en el crimen cambiando la matrícula del coche que habían utilizado para perseguir a su víctima.

En ese mismo lugar, los agentes encontraron varias bolsas y cajas que contenían armas de fuego previsiblemente relacionadas con los supuestos autores del crimen.

Pocas horas después de lo ocurrido, la Policía lograba detener una mujer española de 52 años. La búsqueda del resto de implicados se saldaba ayer con la detención dos otras dos personas. Uno de los arrestados es Kevin, hijo de la primera detenida, al que localizaron en un pinar situado junto al cementerio. Madre e hijo pertenecen a un clan familiar que cuenta con antecedentes por menudeo de droga y robo con fuerza. La otra detención se dio en una vivienda que se creía deshabitada.

Una operación con la que se completaban 24 horas frenéticas de una búsqueda que empezó en la carretera de Fuencarral-El Pardo (Madrid) y concluyó en Yuncos (Toledo).

Además, la Policía ha interrogado a una tercera persona, un hombre que ejercía labores de vigilancia para los otros tres detenidos. La investigación descarta que jugase un papel importante en el crimen y ya se encuentra en libertad. Este hombre sería sería un okupa que habría dado cobijo a los tres detenidos en su vivienda.