Rachel Palma llevaba meses sufriendo dolores de cabeza y tras numerosas pruebas los médicos le dieron la mala noticia: según los análisis todo apuntaba a que tenía un tumor cerebral cancerígeno y tenía que ser operado de urgencia.
La mujer entró en shock, se había casado recientemente y no esperaba esta terrible noticia. Unas semanas después fijaron su intervención en el Hospital Mount Sinai de Nueva York. Cuando los médicos le abrieron el cráneo encontraron algo que nunca hubieran imaginado.
Lo que estaba provocando los dolores a Rachel Palma no era un tumor maligno, sino una "masa encapsulada que se parecía a un huevo de codorniz", tal y cómo ha explicado Jonathan Rasouli, jefe de neurocirugía de la Escuela de Medicina Icahn, en The Washington Post.
Tras el impacto inicial, los médicos extrajeron esa masa para analizarla con el microscopio. Más de cerca no había lugar a dudas: era una tenia bebé. A pesar del shock, Palma ha reconocido que se sintió "aliviada " porque "significaba que no necesitaba ningún tratamiento adicional".
Tener una tenia en el cerebro no es algo común, pero sí que es posible tenerla si se ingiere carne de cerdo poco hecha, pero se encontraría en el intestino. Otra forma de contraer el parásito es contagiándose de otra persona que la tenga.
Las tenias arrojan huevos microscópicos en las heces de la persona que la contiene. Si no se lavan bien las manos, pueden pasarlas a los demás, por ejemplo si preparan comida para otra persona. Desde el intestino pueden migrar a otra parte del cuerpo.