Deporte, manualidades, arte o idiomas en campamentos urbanos son las opciones que ayuntamientos de toda España bridan a las familias para ayudar a conciliar durante las vacaciones escolares, pero está claro que no es suficiente porque las excedencias por cuidados de menores se disparan. Y es que, desde junio a septiembre, se conceden más de 22.000 excedencias que casi el 90% corresponde a mujeres. Algo que impacta en su carrera profesional y autonomía económica.

A dos semanas de que terminen las clases Laura Baena, fundadora de Malasmadres, asegura que "las madres están sufriendo" y hasta teniendo "sudores fríos" ante el temor a "los juegos de la conciliación en verano": "Hacemos verdaderos malabares" porque apenas tienen opciones. Baena explica que "muchas madres renuncian con excedencias, permisos sin sueldos o compaginando vacaciones con sus parejas si la tienen". Algo que lleva a definir la situación como "un panorama complicado".

Los campamentos públicos son casi inexistentes y los privados cuestan de media entre 200 y 400 euros a la semana que se tiene que "multiplicar por hijo/hija porque si tienes dos es prohibitivo": "Son un privilegio los campamentos", lamenta Baena. Asimismo, ha explicado a laSexta que algunas madres "han hecho turnos por la noche porque salían las listas" de los campamentos públicos "porque son los menos".

De ahí a que siete de cada diez familias recurran a los abuelos y a los abuelas, convirtiéndose en los salvadores de la conciliación durante la época estival. Ellos salvan la conciliación en verano. Clemira Ojeda es una de ellas que con la rebaja de horario ya ha empezado "porque a las tres de la tarde ya salen del cole, los padres trabajan y alguien tiene que hacerse cargo", asegura ante los micrófonos de esta cadena.

Clemira cuenta que ella y su marido ejercen de comodín como "un plan de ayuda". En su caso el matrimonio ha pactado con su hija el cuidado de sus nietas unas pocas horas al día, puesto que a sus ojos "la gente se ocupa mucho y es como una carga": "No me parece una cosa saludable para nadie", asegura sobre "el estar tanto tiempo con los abuelos".

En esa línea, argumenta que "los niños son agotadores y uno ya ha pasado eso" a la vez que considera que "la crianza es dura y no se puede hacer de madre con 70 años". Ante la inexistencia de servicios públicos, Clementina Domingo creó junto a otras familias, un grupo de crianza rural en el que hay "cinco adultos a cargo (...) para los cinco días de la semana". "El lunes lo cubre uno, el martes otro..." y así hasta que termine el verano, porque para muchas madres y algunos padres, las vacaciones, no son vacaciones.