Un total de siete provincias estarán en aviso por riesgo de precipitaciones y tormentas, mientras que en el resto del país descenderán las temperaturas, según la predicción de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Las provincias de Almería, Granada y Huesca sufrirán precipitaciones que podrán alcanzar hasta 20 litros por metro cuadrado en una hora aunque también tendrán posibilidades de tormentas hasta las 22:00 horas.
También Mallorca estará en alerta por tormentas con una probabilidad de hasta el 70%, mientras que Barcelona, Lérida y Gerona tendrán menos del 50% de probabilidades de sufrir tormentas.
Por su parte, Córdoba, Sevilla y Zaragoza estarán en riesgo por temperaturas máximas, que en los casos de las provincias andaluzas podrán alcanzar los 38ºC, y en Zaragoza, rondarán los 36ºC.
En cuanto al resto del país, la AEMET prevé que predominarán los cielos poco nubosos, aunque se formará nubosidad en el interior peninsular y en Baleares. Además, habrá chubascos y tormentas en los sistemas montañosos del centro, Norte y Este, que podrían extenderse a zonas próximas.
En relación a las temperaturas, bajarán en la mayor parte del país, de forma más notable en Galicia y el Cantábrico, aunque en el área mediterránea habrán pocos cambios.
Los vientos serán fuertes en el Noroeste de Canarias, con viento del Norte en Galicia y del Este en el Estrecho. En el resto de la Península, habrá vientos flojos de dirección variable, tendiendo a norte en el Cantábrico y a noroeste en el valle del Ebro.

Tienen miedo a represalias
Los repartidores de Barcelona denuncian la precariedad laboral que sufren: jornadas interminables, sin descansos...
El contexto Los repartidores están en una situación límite dada su precaria jornada laboral donde tienen miedo a represalias por denunciar las condiciones en las que trabajan.